Festival Korner: la poesía y el fútbol, unidos por la precisión y la belleza

En el fútbol, fuente inagotable de imágenes y expresiones que, en palabras del escritor Manuel Vilas (Barbastro, Huesca, 1962) «van calando y te abren una explicación de la vida», tienen cabida casi todos los géneros y registros literarios: hay drama, lírica, épica, tragedia, comedia...

Una bibliografía futbolística que recoja la mirada que ha dirigido la literatura a un deporte que, según Vilas es «un gran fresco de la vida», pondría sobre la mesa nombres de grandes escritores y una buena cantidad de títulos, si bien Benjamín Prado (Madrid, 1961) lamentó que, a diferencia de lo que ha ocurrido con el boxeo, no haya grandes obras inspiradas en el mundo del fútbol.

Ambos «escritores futboleros», como los presentó Iñaki Gabarain, moderador de la mesa redonda 'Poesía y fútbol', que tuvo lugar ayer en el Centro Cultural Ernest Lluch en la cuarta jornada del festival Korner, organizado por Donostia Kultura y la Fundación Real Sociedad, compartieron con los asistentes al acto su pasión por el fútbol. Se movieron libremente por el terreno de juego y, por suerte para el público -que salió con una sonrisa después de haber reído a carcajadas-, el moderador no se aferró a la pizarra y les permitió evolucionar a su aire, pasando de los recuerdos infantiles a las referencias literarias, de las reflexiones a los chascarrillos y las digresiones, de la tertulia cultural a la futbolera...

Faltaba un tercer participante, madridista como los dos presentes: el poeta Luis García Montero (Granada, 1958), director del Instituto Cervantes, que finalmente no pudo desplazarse a San Sebastián por razones personales. Sí lo hará, como adelanto Gabarain, en marzo, con motivo de la Semana de la Poesía de San Sebastián, Poesialdia.

García Montero, en cualquier caso, estuvo presente en el acto a través de la antología 'Un balón envenenado. Poesía y fútbol' (Visor, 2012), en la que junto con Jesús García Sánchez recogió una selección de poemas relacionados con el fútbol. Entre ellos se encuentran 'Real Madrid', de Vilas, e 'Iniesta y diez más', de Prado, que fueron objeto de una lectura cruzada.

También resonó en la sala el que Benjamín Prado consideró «el poema de fútbol más importante de la literatura»: la 'Oda a Platko', de Rafael Alberti. Recogidido en la citada antología, es pertinente recordarlo estos días, puesto que se escribió en el contexto de una final de Copa, y provocó la reacción airada de un realista empedernido, Gabriel Celaya. El origen del 'conflicto póetico' estuvo en la final de la Copa de 1928 -fueron necesarios tres partidos para que hubiera un ganador- que disputaron en Santander el F.C. Barcelona y la Real Sociedad. En concreto, en un encontronazo entre el delantero realista Cholín y el portero del Barcelona, el húngaro Ferenc Platko, que salió malparado.

El poeta sevillano, que al parecer no sabía mucho de fútbol, idealizó a Platko y lo convirtió en «un héroe de dimensiones homéricas». Celaya, indignado y convencido de que a la Real le habían robado la Copa, «le contesto desde el forofismo con 'La contraoda del poeta de la Real Sociedad». El forofismo, al parecer, es un rasgo que comparten muchos escritores y artistas, de los que el público tuvo noticia con nombres, apellidos y divertidas anécdotas.

De hecho, Manuel Vilas encontró entre el forofo y el escritor parecidos razonables relacionados «con el saber perder con sentido del humor, gracia y elegancia». También hallaron coincidencias entre el aficionado al fútbol y el lector de poesía. Como dijo Prado, «si te gusta la poesía no te gusta solo un tipo de poesía; si te gusta el fútbol aprecias el buen juego por encima de la camiseta».

Los nexos que más veces se citaron a la hora de relacionar poesía y fútbol fueron, sin embargo, la precisión y la búsqueda de la belleza, la esencia de ambas actividades. «El fútbol se basa en la precisión, como la poesía. Son dos órdenes de pensamiento que me parecen similares», afirmó Manuel Vilas, y Benjamín Prado -que ayer mismo terminó en San Sebastián, frente a una ventana abierta a la bahía, su nueva novela- destacó que «cuando un futbolista hace algo increíble con un balón en los pies sucede algo parecido a cuando un poeta encuentra una metáfora inesperada».