Ocho finalistas que reflejan un tiempo nuevo
La coincidencia de la final con varios eventos deportivos provocará problemas de movilidad, por lo que se recomienda ir con tiempo y utilizar el transporte público Cuatro mujeres y cuatro hombres, a por la txapela del Campeonato de Gipuzkoa de Bertsolaris
. A ninguno de los ocho finalistas que coincidirán esta tarde en Illunbe, que acoge su cuarta final del Campeonato de Bertsolaris de Gipuzkoa, le ... resultará fácil hacerse con la txapela que le acreditará como el mejor, o la mejor, bertsolari del territorio.
Tampoco les resultará sencillo a aficionados y seguidores llegar hasta el Donostia Arena, ya que la final, que comenzará a las 17.00 horas, comparte espacio y tiempo con un completo programa polideportivo: el partido entre la Real Sociedad y el F. C. Barcelona a las 16.00 h. en el Reale Arena; el partido de baloncesto IDK Gipuzkoa-Valencia B.C en el Gasca a las 18.00 h., el campeonato de España de Patinaje Artístico en el Txuri... Ante la evidencia de que los problemas de tráfico y aparcamiento serán inevitables, las recomendaciones de los organizadores-Gipuzkoako Bertsozale Elkartea- y del Ayuntamiento de San Sebastián coinciden: ir con la antelación suficiente, y utilizar el transporte público.
Vista la acogida que ha tenido la fase de clasificación, que tras una ronda previa en primavera celebró la primera de sus 15 pruebas en Oñati hace tres meses, se prevé una final muy concurrida y un público entusiasta. Una final bastante abierta, en la que por segunda vez puede ganar una mujer -ya lo hizo Maialen Lujanbio en 2003-, y en la que por segunda vez el mismo bertsolari, en este caso Beñat Gaztelumendi -segundo en 2007 y 2011 y ganador en 2015-, puede conseguir su segunda txapela. Hasta ahora solo lo ha hecho Aitor Mendiluze, 'txapeldun' en 1995 y 2007.
Joxemari Altuna: «Lo que se verá esta tarde en Illunbe es el reflejo de Bertsozale Elkartea»
No obstante, en la final del duodécimo Campeonato de Bertsolaris de Gipuzkoa -que llega a los 60 años de la primera, que dio la txapela a Uztapide-, hay una primera vez que está captando toda la atención: el hecho sin precedentes de que hayan llegado a la última estación del Campeonato tantas mujeres como hombres.
Como subrayó Beñat Gaztelumendi el pasado martes en la presentación de la final, no puede hablarse propiamente de una final paritaria «porque el Campeonato no lo ha sido». Sin embargo, se ha alcanzado la paridad aritmética, y no porque se haya aplicado ninguna cuota, ni mucho menos. De hecho, las mujeres bertsolaris partían en desventaja numérica. Hoy en el Donostia Arena serán el 50%, pero cuando el 14 de septiembre comenzó el campeonato eran 10 de un total de 43; no llegaban al 25%.
Una «nueva época»
Alaia Martin -segunda en 2015-, Ane Labaka, Nerea Elustondo y Oihana Iguaran han conseguido, a base de ir cuajando buenas actuaciones y sumando puntos, que si se toma como referencia el número de partida el porcentaje de mujeres en la final sea mayor que el de hombres. Empezaron 10, y han llegado a la final cuatro. Dos de ellas -Ane Labaka y Nerea Elustondo-, lo hacen por primera vez, al igual que Beñat Lizaso. Será la segunda final del Campeonato de Gipuzkoa para Oihana Iguaran, y la tercera para Alaia Martin y Agin Laburu. Quienes llegan hoy a su cuarta final son Beñat Gaztelumendi y Jon Maia, cuya primera final guipuzcoana -los datos se ciñen únicamente a ese Campeonato- fue la de 2003.
En la presentación de la final, Jon Maia -el bertsolari de más edad de la final que, con 47 años, supera por 20 a la más joven, Ane Labaka-, se mostró particularmente contento por haber llegado a la última cita de lo que consideró «el campeonato de la nueva época».
Mucho más veterano que Maia es el antiguotarra Joxemari Altuna, nacido en 1940 en un caserío de Berio, cuando en Berio lo normal eran los caseríos, que heredó la afición a los bertsos de su padre y la alimentó escuchando «a Uztapide, a Kalonje, a Zepai, a Basarri...». Desde que en 1986 una de esas casualidades que te acaban cambiando la vida le llevó a involucrarse en la final del campeonato de Euskal Herria, que se celebró en el Velódromo donostiarra, ha seguido muy de cerca todo lo que ha sucedido en ese mundo, y también en los campeonatos, que son los momentos en los que el trabajo silencioso y de muchas horas de cientos de personas adquiere mayor relevancia.
Joxemari Altuna, que lleva más de 30 años vinculado al mundo del bertsolarismo a través de Bertsolari Elkartea primero y de su 'continuación' Bertsozale Elkartea después, ha asistido a la práctica totalidad de las sesiones de las sucesivas fases de clasificación, y cree que el público tiene «ganas de seguir disfrutando con buenos bertsos». Para él volverá a ser un día especial, aunque probablemente no tan especial como el de la final de 2007, cuando tuvo el honor de poner la txapela a Aitor Mendiluze. Hoy, tal como lo viene haciendo desde hace años tanto en el Campeonato de Gipuzkoa como en el de Euskal Herria, será él, uno de los secretarios del jurado, quien lleve el sobre que contiene el nombre de la ganadora o el ganador.
También a él le alegra y le emociona la foto de la final del Campeonato de Gipuzkoa de 2019, pero con la perspectiva que le dan más de tres décadas de vivencia directa del cambio que ha experimentado el bertsolarismo cree que es algo más que la foto de ocho bertsolaris, cuatro mujeres y cuatro hombres. «La imagen que se verá esta tarde en el escenario de Illunbe es el reflejo de Bertsozale Elkartea», el organismo que aúna y alinea, en base sobre todo al trabajo de personas voluntarias, todos los elementos que integran el mundo del bertsolarismo.
Cambios profundos
Bertsozale Elkartea y bertsolarismo no son sinónimos, pero casi, porque casi todo lo que ha sucedido en las últimas décadas en un mundo que ha pasado de vivir anclado en la tradición a experimentar un proceso de modernización de mucho calado tiene que ver con Bertsozale Elkartea.
Esas cuatro mujeres bertsolaris, que al igual que sus compañeras se han ganado a pulso cada un de los centrímetros que han avanzado, son a su juicio uno de los síntomas de una transformación mucho más profunda que, como anticipó Beñat Gaztelumendi, probablemente se percibirá esta tarde en Illunbe. Aunque las muestras de ese cambio se están acelerando estos últimos años, Altuna recuerda que quien «trajo una auténtica revolución al bertsolarismo fue Xabier Amuriza, en los años 80». El mismo recuerda haber asistido a alguno de los cursos que impartía Amuriza, en los que mostraba que había otros caminos y otras posibilidades...
En el caso de Gipuzkoa, donde no hubo campeonato entre 1968 y 1991, los cambios que ya se iban gestando se manifestaron en la única final que se ha disputado en el Velódromo, la que ganó Anjel Mari Peñagarikano, quedando en segundo lugar Andoñi Egaña. Emergía una nueva generación, que rejuvenecería todavía más en pocos años, sin romper con lo anterior. En ese sentido, Altuna elogia la habilidad de Imanol Lazkano (Azpeitia, 1936), presidente de Euskal Herriko Bertsozale Elkartea entre 1987 y 2005, «para conectar a los bertsolaris mayores y a los más jóvenes. No habrá muchos sitios en los que participen en la misma reunión y tomen decisiones consensuadas personas de más de 80 años y jóvenes de 25. En Bertsozale Elkartea, es lo normal».
Fenómenos como las Bertso Eskolak -más de 110, 61 de ellas en Gipuzkoa- o los cerca de 30.000 niños y niñas que se inician en el bertsolarismo dentro del sistema educativo están rejuveneciendo el público, «donde cada vez se ven más familias jóvenes». El trabajo que se está haciendo en ámbitos como la formación, la difusión, la investigación o la visión de género también está dando sus frutos, aunque hay que fijarse un poco más para percibirlos. Hoy, de una manera y otra, todos ellos tendrán reflejo en la fiesta de Illunbe.
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