«Nicanor Zabaleta me dijo que tenía talento y me animó a que me dedicara al arpa»

El arpista francés Xavier de Maistre (Toulon, 1973), se reencuentra con la Euskadiko Orkestra, con la que grabó obras de Garbizu y Madina, y lo hace catorce años después de su última colaboración con la agrupación vasca para interpretar el 'Concierto para arpa' del compositor argentino Alberto Ginastera. La obra, estrenada en 1965 por Nicanor Zabaleta y la Orquesta de Filadelfia en 1965, sonará en el Kursaal esta tarde y mañana dirigida por Robert Treviño.

– Ha colaborado en numerosas ocasiones con la Euskadiko Orkestra pero hacía catorce años del último encuentro. ¿Cómo lo está viviendo? ¿Cómo ha encontrado a la orquesta?

– Estoy muy contento de volver y de reconocer algunas caras entre los músicos. Además, me encanta el País Vasco y tengo muy buen recuerdo de todas las veces que he venido. Creo que la orquesta ha mejorado, la he encontrado rítmicamente más fuerte y con muy buena energía.

– ¿Es la primera vez que trabaja con el maestro Robert Treviño?

– Sí. Me ha resultado cálido y fácil trabajar con él. Se nota que está abierto a la colaboración y a escuchar, tanto a los músicos de la orquesta como al solista. Noto que entre los dos estamos buscando los mejores resultados posibles.

– ¿Qué valora como solista en una orquesta y en un director?

– Busco sobre todo que haya una interacción entre todos. Me gusta adaptarme a la acústica del auditorio pero también a los propios músicos de cada orquesta. En la obra de Ginastera que interpreto en estos programas con la Euskadiko Orkestra, aunque es una obra que he tocado más de cien veces, no me gusta que haya una rutina. Intento impregnarme de los colores y de las ideas de cada orquesta con la que la toco.

– ¿Qué puede decirnos del 'Concierto para arpa' de Ginastera?

– Es posiblemente la obra más conocida de Ginastera. Se inspira en el folclore argentino, tiene ritmos fuertes, potentes y es una obra muy dinámica. En mi opinión, quizá Ginastera no habría terminado esta obra sin la colaboración de Nicanor Zabaleta. Estaba teniendo dificultades con la parte del arpa y en ese momento Zabaleta se desplazó a Buenos Aires para asesorarle y consiguió finalizar esta obra.

– En sus anteriores trabajos conjuntos con la Euskadiko Orkestra abordó obras del repertorio vasco. ¿Qué opinión le merecen las composiciones para arpa de Madina o Garbizu?

– Me hace muy feliz abordar este tipo de repertorio, porque siempre estoy buscando obras nuevas. Me gustan mucho los compositores que tienen influencias del folclore de cada lugar y por eso el País Vasco me parece un lugar muy interesante. Además uno de los arpistas más importantes del siglo pasado fue Nicanor Zabaleta a quien dedicaron muchas obras que él estrenó.

– ¿Cómo conoció a Nicanor Zabaleta?

– Cuando yo empecé a estudiar arpa, el primer disco que me regalaron fue una grabación de él. Para mí Nicanor Zabaleta ha sido siempre un referente, un ejemplo a seguir. Le conocí en 1992 cuando yo estaba indeciso sobre qué pasos dar en mi carrera. Estudiaba economía y política y cuando le mostré mis dudas sobre mi futuro profesional a Nicanor Zabaleta, él me dijo que había miles de abogados en este mundo pero artistas como yo sólo uno. Eso me dio el impulso definitivo para enfocar mi carrera hacia la interpretación de arpa.

– A pesar de la gran figura de Nicanor Zabaleta que inspiró obras interesantes, en el País Vasco no hay grandes intérpretes de arpa. ¿A qué cree que se debe?

– Puede haber sido una cuestión de coincidencia que hubiera una figura tan importante en un momento determinado y luego no hubiera nadie que siguiera su estela... no lo sé. En mi caso nací en el sur de Francia, mi familia no es de músicos y no sé cómo he acabado dedicándome a esto. Quizá ha sido fruto de la casualidad. Igual que en mi caso no hay una razón por la que he terminado dedicándome a esto, ha pasado algo parecido aquí tras Nicanor Zabaleta.

– Dice que no pertenece a una familia de músicos, pero su hermano también lo es. Es contrabajista en la Concertgebouw de Amsterdam y profesor en Musikene.

– Sí. Es posible que mi hermano, al ser diez años menor que yo, se inspirara en mí. No tenía muy claro qué hacer y mis padres le animaron. Quizá mis padres, al ver conmigo que te podías ganar la vida como músico, le animaron a potenciar su carrera en este campo.

– El arpa es un instrumento que va ligado a la mujer. ¿A qué cree que se debe?

– Creo que es por la imagen que se creó en el siglo XVIII con Maria Antonieta, la aristocracia francesa y los cuadros que han llegado hasta nuestros días representándolo como un instrumento de salón. Todo eso ha impregnado nuestro imaginario. Sin embargo, esta imagen ha cambiado y cada vez hay más arpistas hombres.

– El arpa no es un instrumento que se programe a menudo.

– Porque no hay repertorio de grandes compositores como Beethoven o Brahms para arpa solista y orquesta y no suele llegar a la mente de los programadores. Esta situación está cambiando, en Alemania se veía difícil tener una carrera exitosa tocando el arpa, es cada vez más común que orquestas programen con el arpa como protagonista.

– ¿Qué se podría hacer para potenciar la difusión de este instrumento?

– En España no lo sé, pero en otros países ya se está dando una mayor difusión del arpa y es un instrumento que se escoge en las escuelas de música y en los conservatorios. En Francia las clases de arpa se llenan porque es muy atractivo, espectacular y fácil de promocionar. No estoy especialmente preocupado por el futuro del instrumento en el mundo, porque cada vez hay más mercado en Holanda, China... es cierto que no hay muchas plazas en las orquestas porque habitualmente solo hay un arpa, pero es cada vez más fácil tener un desarrollo profesional. El hecho también de que los costes sean menores para estudiar, porque ahora no es necesario comprar el instrumento sino que se puede alquilar, también ha promovido que los padres inicien a sus hijos en el arpa.