Dima Slobodeniouk: «La capacidad de crear se basa en la experiencia de la vida y la curiosidad»

Slobodeniouk propone de nuevo un programa romántico que además de 'Nänie' y 'La canción del destino' del alemán, incluye la siempre imponente 'Sexta' de Tchaikovsky.

– En sus dos conciertos en San Sebastián ofrece programas románticos. ¿Por qué?

– El programa se decidió en colaboración entre la orquesta y la Quincena Musical. Si bien ambos son románticos, cada concierto representa un área diferente del Romanticismo, incluso en el caso de las obras menos conocidas, como la 'Sinfonía nº 1' de Rachmaninov que interpretamos ayer.

– Los dos días incluyen música de compositores rusos. En estos tiempos de globalización, ¿cree que el origen de un músico puede influir en la manera de entender la música de su país?

– El origen de un músico puede influir en el sentimiento de la música de su país. La comprensión, sin embargo, proviene del conocimiento y no es necesaria para disfrutar de la música.

– ¿Cómo siente usted la música de Rachmaninov o Tchaikovsky?

– He heredado esta música de mi familia y de la cultura en la que crecí. Así que la relación con estos compositores siempre será especial. Sin embargo, la forma en que interpreto esta música ahora es el resultado de una mezcla de esa herencia y de mi personalidad musical, que se ha desarrollado en muchas culturas y entornos diferentes.

– Para las dos primeras obras del concierto de hoy cuenta con un coro de San Sebastián, el Easo. ¿Tenía alguna referencia de ellos?

– He oído hablar muy bien del Coro Easo y he venido con muchas ganas de trabajar con él. En las dos obras de Brahms, 'Nänie' y 'La canción del destino', el coro tiene un papel muy importante; yo diría que los dos, orquesta y coro, están en igualdad de condiciones en estas piezas.

– ¿Qué opinión le merecen este tipo de colaboraciones con intérpretes del lugar en el que actúan?

– En mi opinión, no importa de dónde sean los intérpretes. En cuanto al trabajo de las obras, ensayar es un proceso complicado que se construye a partir de la percepción del resultado sonoro en el primer ensayo. Este es el punto de partida. Lo que hay que hacer después es siempre diferente según sean los intérpretes.

– Tengo entendido que si bien usted es ruso, Finlandia es su país de adopción y vive en Galicia. ¿Qué le aporta a su vida y a su trabajo esta triple influencia?

–Es difícil decir lo que aporta, porque esta mezcla es lo único que sé que me representa. Supongo que lo mejor de todo es que no se me puede adscribir plenamente a ninguna de esas culturas.

– Usted presta especial atención a las nuevas generaciones. Es director artístico del Festival Sibelius, ha programado con la Orquesta de Lahti a jóvenes compositores finlandeses y en Galicia está desarrollando un programa de prácticas para jóvenes directores de orquesta. ¿Qué le empuja a hacer este tipo de acciones?

– La cultura siempre es hija de su tiempo. Pienso que si no hiciera todas estas cosas, viviría como en un museo, mirando el arte creado mucho antes que yo.

– En el plano personal, alquila aviones para pilotarlos, es un buen deportista, le gusta cocinar y escucha a Iron Maiden. ¿Qué le aportan este tipo de actividades?

– Son una necesidad para mí. Para trabajar con el arte uno necesita recibir muchas otras influencias. La personalidad de uno como artista, y con ello, la capacidad de crear cosas nuevas, se basa en la experiencia de la vida y el impulso de seguir siendo curioso. Para mí hacer música es una oportunidad de conectar lo inconexo, la naturaleza y la maquinaria, la pasión y la indiferencia...

– ¿Cómo ha vivido este tiempo de pandemia? ¿Cree que tendrá consecuencias en el mundo de la música?

– Este tiempo ha sido y sigue siendo muy difícil para todos nosotros. Ya ha influido enormemente en nuestro mundo, en la música y, en general, en el mundo del arte. Las consecuencias han sido bastante devastadoras, pero pensando en positivo y mirando al futuro, debo decir que cuando el arte se ve obligado a cambiar y a adaptarse a una forma de ser completamente nueva, se convierte en algo positivo a largo plazo.