Julia Stone | Músico

«Leonard Cohen hizo que por primera vez sintiera que no estaba sola en el mundo»

– ¿Cómo afronta este regreso a los escenarios europeos tras siete años de ausencia?

– Es una mezcla de emoción y expectación... Llevamos mucho tiempo fuera de Europa juntos, pero, por supuesto, hemos hecho muchos conciertos con nuestros proyectos en solitario. Tocar juntos en Europa es como volver a casa. Estamos muy emocionados por volver a conectar con los fans y crear nuevos recuerdos juntos.

– El nombre de la gira, 'Living Room Sessions', evoca un formato y un ambiente íntimos, ¿cómo se adapta a grandes recintos como el Kursaal de San Sebastián?

– Incluso en un lugar más grande, nuestro objetivo es crear una sensación de cercanía y calidez que se encontraría en entornos más personales e íntimos (como nuestra sala de estar). Lo estamos consiguiendo con la iluminación, la escenografía y, por supuesto, la forma en que estamos tocando las canciones de todas las diferentes épocas en las que hemos hecho nuestra música.

– Presentan su nuevo álbum, 'Cape Forestier', definido como una colección de historias. ¿Cuál sería la historia que el álbum cuenta al oyente?

– El álbum es como un conjunto de cuadros. Cada tema de 'Cape Forestier' es un momento diferente de este viaje que hemos emprendido. El nombre del disco es el de un barco en el que hemos pasado algún tiempo. Ese barco ha atravesado tormentas y ha estado a merced de la naturaleza y de la vida, así que parece una metáfora del camino que hemos recorrido juntos. Supongo que cada canción es un momento del viaje que ha sido una tormenta, un día nublado y oscuro en el que apenas puedes ver delante de ti.

– ¿Cómo trabajas ese equilibrio entre letras y melodías? No sé si dan prioridad a una de las dos.

– El proceso de composición de las canciones varía; a veces la letra va por delante y la melodía por detrás, o una melodía puede inspirar la letra. A veces todo sucede a la vez. Angus y yo hemos encontrado un proceso realmente agradable que cambia dependiendo de la canción.

– El dúo se separó y luego volvió a juntarse. ¿Necesitaban probar una carrera en solitario para estar seguros de que funcionarían mejor juntos?

– Bueno, en realidad nunca 'rompimos'... jaja. Simplemente nos tomamos un tiempo para darnos espacio el uno al otro para explorar otros mundos, otras colaboraciones. Hubo un momento en el que no parecía que fuéramos a volver a hacer música juntos, pero nunca fue una conversación oficial. Creo que nuestros proyectos en solitario y el tiempo que pasamos alejados de esta colaboración nos ayudan a encontrar nuestras propias voces. Pienso que cuando trabajamos juntos, la música y la relación se enriquecen. Nuestra independencia y el tiempo que pasamos separados sin duda profundizan nuestra creatividad colectiva cuando volvemos a estar juntos.

– ¿Cómo se manejan con las composiciones y el tono que les dan? ¿Discuten mucho antes de llegar a un acuerdo?

– Es muy raro que surjan desacuerdos en relación con la música. Ahora tenemos una forma tan abierta de hacer música, pero tendría que decir que cuando alguien quiere probar algo, y la otra persona no lo oye... La diversión de descubrir lo que la otra persona está oyendo a través de verle probar su concepto o idea es genial. No puedes explicar un sonido que oyes en tu cabeza; sólo tienes que mostrarlo. Eso es lo divertido de grabar. No sabes lo que oyen los demás cuando están creando y en la sala de grabación tienes la oportunidad de oírlo igual que ellos lo oyen por primera vez. Y me encanta cuando encuentro una cosa y lo presencian Angus u otro colaborador. Es algo hermoso.

– El panorama musical ha cambiado mucho en estas casi dos décadas de carrera que llevan. ¿Sigue habiendo lugar y público para esas canciones de medio tiempo y mayor duración? A veces parece que los llamados 'sonidos urbanos' se lo han comido todo...

– Creo que siempre ha habido mucha diversidad en el panorama musical, incluso cuando ciertos géneros se asientan en la corriente dominante... y aunque las tendencias van y vienen, siempre hay público para la narración auténtica a través de la música, independientemente del tempo, el género o el estilo. Los seres humanos anhelan esa conexión. La primera vez en mi vida que sentí que no estaba realmente sola en el mundo fue cuando escuché la música de Leonard Cohen. Alguien decía cosas para las que yo no tenía palabras. Era tan conectivo. Y lo sigue siendo hoy en día. La música es atemporal cuando toca esa parte profunda de lo que somos como humanos, lo que tememos, lo que anhelamos, lo que amamos, cómo amamos.

– ¿Es difícil mantener la intensidad de las grabaciones y sobre todo de los conciertos después de tantos años de carrera?

– No lo creo. Quiero decir, simplemente no pensamos en ello como una carrera; se siente como si cada momento fuera un momento nuevo, haciendo algo totalmente diferente en cierto modo. Resulta que nos sigue gustando escribir música juntos, pero creo que en cualquier momento cualquiera de nosotros podría decidir que quiere hacer algo completamente distinto. Nuestros padres cambiaban de trabajo todo el tiempo. Siempre estaban haciendo cosas diferentes, aunque la música seguía formando parte de su existencia... y creo que nosotros sentimos lo mismo. La música es maravillosa y nos sentimos muy afortunados cuando estamos aquí haciendo música con y para la gente, pero es sólo una parte de lo que somos.

– Y a pesar de esta larga carrera, ¿cree que siempre se juzga a los músicos por lo último que han hecho?

– Bueno, sí y no. Quiero decir que todos somos algo así como el cuerpo de nuestra obra y, sin embargo, lo que estamos creando en el momento es lo que está sucediendo ahora. La música y el arte son así de sorprendentes, perduran. Hay gente que viene a nuestros conciertos a escuchar una canción que compusimos hace veinte años y, sin embargo, la forma en que tocamos esa canción hoy es totalmente diferente y única en función de cómo nos sentimos, de cómo es nuestra vida hoy. Siempre está cambiando y, sin embargo, estos momentos están ligados a los recuerdos de la gente... a la banda sonora de sus vidas. Somos parte de los momentos privados de la gente sin saberlo. Así que, por supuesto, las canciones más antiguas ocupan un lugar diferente a las que acaban de salir. Pero me gusta que se formen nuevos recuerdos mientras recorremos el mundo tocando estas canciones, tanto las antiguas como las nuevas.