José Mercé: «Parece que a los flamencos no nos quieren en primera división»
El Kursaal recibe hoy a José Mercé y Tomatito, que han sumado sus talentos en el disco 'De verdad', una defensa del «flamenco puro»
Se conocen desde hace tiempo y han colaborado antes en infinidad de temas sueltos, la última vez en el disco 'Mi única llave' (2012), de ... José Mercé (Jerez de la Frontera, 1955). Sin embargo, jamás hasta ahora habían firmado una alianza tan completa como 'De verdad' (2018), sobre todo porque tras la muerte de Camarón, Tomatito no había grabado un disco íntegro con ningún cantaor. En este álbum, que hoy repasarán acompañados por otros seis artistas en escena, tocan por tangos, alegrías, seguiriyas, soleás, bulerías y granaínas, entre otros palos del flamenco.
- ¿Qué supone cantar con Tomatito al toque?
- Es algo maravilloso porque la suya es una de las mejores guitarras de este país. Nos conocemos de toda la vida, nos llevamos muy bien y disfrutamos muchísimo en el escenario.
EL CONCIERTO
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Artista José Mercé y Tomatito.
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Lugar Auditorio Kursaal (Donostia).
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Fecha y hora Hoy a las 21.00.
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Precios 45, 50 y 55 euros.
- ¿Por qué es distinto colaborar con él o con otros guitarristas?
- Con él se te enciende una luz en el alma y en el corazón. Su forma de tocar me llega y me inspira muchísimo, cosa que no ocurre con otros guitarristas: con unos cantas más a gusto y con otros, menos. Hemos actuado juntos cantidad de veces y él sabe dónde voy a respirar, a dónde no voy a llegar... Salir con esa confianza al escenario es muy importante para mí.
- En 'De verdad' dicen haber querido «reivindicar el flamenco como música, como cultura, y elevarlo a la categoría que merece». ¿No está suficientemente considerado?
- Igual la palabra no es reivindicar pero lo que sí hemos querido es tratar de que el público se percate de cuán importante es la música del flamenco, uno de los mayores tesoros que tenemos en este país: es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad pero parece que a los flamencos no nos quieren en primera división, nos tienen confinados en segunda y parece imposible subir de categoría.
- Hablan ustedes de «flamenco puro», se supone que en contraposición del que no lo es...
- Bueno, eso del flamenco puro es cosa de los 'flamencólicos'. Yo creo que el puro es el intérprete, pues él es quien hace el cante grande o chico según cante por seguiriyas, fandangos o bulerías. La ortodoxia y la pureza va en quien canta.
- Tanto Tomatito como usted han participado habitualmente en experiencias de fusión, acercamientos al jazz, al pop... ¿Necesitaban volver a los orígenes?
- Somos muy abiertos, hemos hecho muchas cosas diferentes y seguiremos haciéndolas, siempre llevándolas a nuestro terreno y a nuestra personalidad. Pero ahora queríamos volver al flamenco que hacíamos en los años 70, cuando éramos dos niños chicos.
- ¿Ello implica menos riesgo?
- No, no, el riesgo sigue ahí. Cada día, cada mes y cada año que pasa tenemos más responsabilidad porque se nos exige más. ¡Cómo estará de vivo el flamenco que al final te mueres sin saber! No terminas de aprender nunca...
- Pero con un flamenco más ortodoxo están menos expuestos a las críticas de los puristas...
- Bueno, yo respeto y admito todas las críticas: siempre que sean constructivas, bienvenidas sean. Ahora bien, si leo una crítica destructiva ni me paro a pensar en ella.
- Háblenos de Kiki Cortiñas, el compositor de 'De verdad'...
- Es un gitanito joven de Lugo que se vino a vivir a Andalucía. Está casado con la hija de Tomatito, que es su suegro, y nos ha escrito todos los temas del disco.
- ¿Contar con un autor tan joven es una forma de refrescar el flamenco?
- Claro, eso siempre. No tenemos que olvidar que estamos en el siglo XXI. Hemos aprendido mucho de él, es un artista genial y tiene unas ideas muy buenas.
- Precisamente, dicen que una bulería como 'Buscando la verdad' es muy «del siglo XXI». ¿Qué caracteriza al flamenco de hoy día?
- El siglo XXI ha refrescado las letras del flamenco, que son más cotidianas y pueden ser comprendidas por la gente joven. También hay que decir que antiguamente se vocalizaba más bien poquito y a la gente le costaba más entender el cante. Hoy eso ha cambiado y los cantaores vocalizamos mejor. Por lo demás, se puede innovar algo, pero crear es difícil porque la raíz es muy fuerte.
- La seguiriya 'Mi curro y Adonaya' está hecha «a la antigua usanza» y «tocada con los nudillos». «Cantada y tocada a ese ritmo y en esta época, es complicado y nada fácil», dicen. ¿Necesitaría el flamenco un ritmo más pausado que el del tiempo actual?
- Siempre se ha dicho que es muy difícil torear despacio, como también lo es cantar y tocar despacio. Las prisas son para los malos toreros, los malos cantaores y los malos tocaores: no valen para nada.
- El álbum incluye recordatorios a Juanito Mojama, a Lola Flores... El flamenco clásico se va quedando sin referentes y, de hecho, ustedes figuran entre los grandes del género tras la desaparición de Camarón, Morente, Paco de Lucía...
- Es una gran responsabilidad pero es que además, tenemos una doble suerte: hemos vivido en directo todo lo bueno del siglo XX junto a los grandes de aquella época y ahora estamos conociendo otro tiempo maravilloso, el siglo XXI, que también es muy bonito.
- ¿Y detrás de ustedes qué ven? ¿Hay relevo?
- Sin mentar nombres, diré que la juventud lo está haciendo muy bien. El flamenco es eterno, la música de raíz lo es. Lo que valga, se quedará, y lo que no, se olvidará. Mi consejo a los jóvenes siempre es el mismo: la casa hay que construirla por los cimientos y no por el tejado.
- Hoy se habla más que nunca de flamenco, pero sobre todo de su mestizaje con otros ritmos como el trap, el hip hop, la electrónica...
- El mestizaje, siempre que sea una buena fusión, me parece maravilloso. Con lo que no estoy de acuerdo es en con la confusión.
- ¿Perdone?
- No me gusta que en el flamenco se metan instrumentos sin saber cómo deben sonar. Si cantas una seguiriya y metes un violín, un bajo o un piano, esos instrumentos deben tocar también por seguiriyas, al menos si quieres que eso sea de verdad una fusión. Todo lo demás es confusión. Yo escucho todo tipo de música y sé lo que es el hip hop, el jazz, el rock, el blues... Pero sobre todo sé qué es flamenco y qué no lo es.
- Debo preguntarle por Rosalía...
- Lo que hace me parece maravilloso, genial, no tengo mucho más que decir.
- ¿Pero ayuda o perjudica al flamenco?
- Perjudicar no, yo adoro su música y la de otros artistas nuevos, pero también diré que para mí el flamenco lo hace quien sabe cantar y tocar por soleares, seguiriyas, alegrías o martinetes. Eso es cantar flamenco y a eso le llamo yo flamenco. No quiero decir que yo esté en posesión de la verdad, digo lo que pienso y he mamado, pero para ser flamenco, hay que nacer flamenco.
- ¿No se puede aprender?
- No, no, el flamenco auténtico, el de raíz, no se aprende: o naces para cantar o no naces. La guitarra o el baile se pueden aprender, pero el cante... Si no tienes alma o corazón, lo siento: ni en la Universidad de Boston vas a aprenderlo. (Risas)
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