Ivan Fischer: «Quiero mostrar la belleza especial de la música de Millhaud, Ravel y Satie»

– Vuelve a San Sebastián por quinta vez (ha actuado aquí en 2009, 2011, 2014 y 2016). ¿Qué recuerdos tiene de sus anteriores conciertos en la ciudad?

– San Sebastián cuenta con un festival muy importante y la ciudad tiene mucha suerte de tener como director del mismo a un gran gestor, Patrick Alfaya. Así que siempre nos aseguramos de tener tiempo para volver a actuar en su ciudad.

– La última vez, en la edición de 2016, la Budapest Festival Orchestra fue orquesta en residencia de la Quincena Musical, con tres conciertos y tres programas distintos, pero esta vez solo ofrecerán un encuentro. ¿Es complicado conseguir que una orquesta ofrezca más de un programa cuando está de gira?

– Suele ser complicado ajustar las agendas. En cualquier caso, después de tantos conciertos cancelados por todo el mundo el año pasado, estamos muy contentos de volver a ver al público en directo, aunque sólo sea para un concierto.

– En esta ocasión interpretan un repertorio variado que incluye tres obras de autores franceses, Millhaud, Ravel y Satie. ¿Por qué estos compositores?

– La generación de compositores franceses de finales del siglo XIX y principios del siglo XX inventó un maravilloso estilo musical poético que es uno de mis periodos musicales favoritos. Los he incluido en el concierto porque quiero mostrar la belleza especial de esta música francesa.

– En el caso de Ravel cuentan con el pianista Dejan Lazic como solista del 'Concierto en sol mayor'. ¿Ha trabajado antes con él?

– Sí, tanto la Budapest Festival Orchestra como yo colaboramos habitualmente con él. Dejan Lazic es uno de los grandes pianistas de nuestro tiempo, un músico especialmente creativo que también compone su propia música. Somos muy afortunados de tener la oportunidad de actuar con él.

– Completan su programa con una obra de un autor húngaro, Zoltan Kodaly, del que ofrecerán las vitales 'Danzas de galanta'. ¿Qué es lo más interesante de esta obra?

– Kodály sentía una gran admiración por Debussy. Esta obra orquestal se basa en el estilo folclórico húngaro, pero su forma de manejar la orquesta sigue muchas de las ideas de Debussy. Para Kodály era importante alejarse de la tradición alemana y mirar más al oeste.

– ¿Cómo entiende usted la dirección de orquesta?

– En mi opinión, el director es el guardián de la unidad. Se encarga de que la orquesta toque con una sola voluntad, en una sola dirección.

– En 2016 aseguraba en una entrevista que no era el único en pensar que la Budapest Festival es una de las mejores orquestas del mundo. ¿Sigue pensándolo?

– Sí, la orquesta mejora cada año. Y diría que se está desarrollando especialmente la confianza en la libertad rítmica.

– ¿Es esa la principal cualidad que le hace tener a usted esa opinión de su orquesta?

– Puede haber varios criterios a la hora de valorar la calidad de una orquesta, como cuál tiene el sonido más bonito o cuál es más perfecto. Pero mis criterios son diferentes: lo que más me interesa es la forma creativa de hacer música y en este aspecto la Budapest Festival Orchestra sobresale.

– ¿En qué medida puede tener que ver en ello su largo compromiso con la orquesta tantos años?

– La clave de la calidad de la Budapest Festival Orchestra es transmitir el placer de la música al público.

– ¿Qué aporta un director titular comprometido a una orquesta?

– El objetivo final es el cuidado de la comunidad. Tanto el director como la orquesta están al servicio del bienestar cultural de una comunidad. Es importante tener modestia y entender que ambos perseguimos este objetivo.

– ¿Por qué ya no es habitual que un maestro se implique en el crecimiento de una orquesta y no se limite su titularidad a dirigir unos pocos programas por temporada?

– Desconozco la respuesta. Pero en nuestro caso pasamos mucho tiempo juntos.