Havoc se aproxima al pop «desde un lado más crudo» en su nuevo álbum

Rugen guitarras feroces al final de la primera canción, hay una píldora de puro 'hardcore' a mitad del disco ('Los errores') y el listado de canciones incluye 'El pop murió'. ¿Ha cambiado Havoc de piel, se ha mudado al rock salvaje? No, no hay para tanto. Lo de 'El pop murió' va de otra cosa, la historia de una chica y de «cómo cambiamos con el tiempo», y el grupo donostiarra no renuncia a su género fundamental. Solo es que «queríamos acercanos al pop de otra manera, tener una sensibilidad creativa distinta a la de los dos primeros álbumes».

Este domingo a las 20.00 horas Havoc presenta 'Espíritu' en el ¡Be! Club como primera tentativa en formato acústico. Más adelante llegará el concierto con la banda al completo en Dabadaba, el 30 de mayo, cuando la nueva formación esté rodada en la gira que comienza el 6 de marzo en Burgos y el 7 en Durango.

Havoc continúa manteniendo ese curioso formato de cantautor que se despliega en grupo. El proyecto de Pedro Gracia Pérez de Viñaspre tiene un aliado permanente e imprescindible en Yon Vidaur, guitarrista, productor y técnico de sonido en su estudio Muir, para arropar y construir las canciones en una primera maqueta, que luego se remata con los otros músicos en disco y en directo. Ahora se ha incorporado para reforzar las guitarras Xabi Villena, que se suma a la base rítmica de Andoni Etxebeste (batería) y Mikel Alonso (bajo).

No consideran que hayan pretendido endurecer su sonido, solo aproximarse al pop «desde un lado más crudo» y reforzar las guitarras a través de los 'riffs', y no con el sonido de «pared de guitarras» del anterior álbum. «Si 'Lo saben los narvales' tenía una sensibilidad creativa más ochentera, más de sintetizadores, y 'Amado líder' era un poco más indie-noise, en 'Espíritu' la forma de acercarnos al pop era desde otro sitio», resume Yon.

Pedro cree que esa nueva óptica es fruto del directo: «Los discos son otra cosa, es en los conciertos donde vemos el potencial que tienen las canciones y cómo reacciona el público ante ellas. Y nos fuimos endureciendo en el sonido, aunque melódicamente creo que sigo siendo el mismo».

Quienes se han ido integrando más tarde a las canciones aprecian ese giro: «Yo empecé haciendo este tipo de guitarreos, luego fui hacia otras cosas, así que está siendo muy agradable volver a ese tipo de riffs con los que empecé, es muy divertido», explica Xabi, que junto a Yon tendrá que reproducir el elaborado conjunto de guitarras que suenan en un álbum donde solo hay una nota de teclado.

«Mi misión era seguir a las guitarras y cubrir algún espacio en el momento en que lo hubiera», explica el bajista Mikel, «pero en las maquetas ya estaba muy claro lo que necesitaban las canciones, que son muy físicas en la ejecución y eso es estimulante».

En cambio Pedro ha decidido dejar de tocar la guitarra en directo, y concentrarse en la voz: «En los directos me volvía muy hermético y no comunicaba más que el sufrimiento, había una especie de muro entre el público y yo, y en parte creo que era porque tenía que ocuparme de la guitarra. Ahora me puedo concentrar en cantar, estoy más relajado y estoy encontrando sensaciones muy buenas».

En canciones tan elaboradas como 'Y si tiembla el suelo', la inquietante 'Perros' que sin embargo «es una canción de amor», o el atractivo single 'El agravio mundial', afloran letras que Pedro intenta «que emocionen a partir de un estilo que he ido depurando con el tiempo y que considero mío, sin tratar de imitar a nadie».