El garito de los flechazos
Crítica musical. Quinto aniversario de Dabadaba ·
Cinco años y 1.500 conciertos. Se dice pronto pero es el impresionante balance de una sala con nulos o escasos equivalentes en el Estado, ... al menos en ciudades pequeñas como Donostia. Para celebrar la efeméride, sus infatigables responsables programaron el sábado un cartel ecléctico -¿hay un adjetivo que defina mejor el lugar?- que sirvió para resumir un intenso y emocionante lustro: hubo guitarras reverberadas (Melenas), devaneos experimentales (Za!) y algo de los insoslayables ritmos urbanos (Cupido) que marcan tendencia hoy día.
«Zorionak, Dabadaba, y gracias por invitarnos... una y otra vez», bromearon Melenas, habituales del local y huéspedes de su sello discográfico Elsa Records. Aunque todas las entradas estaban agotadas, aún no había mucha gente cuando las pamplonesas se entregaron a su especialidad, el rock garajero, que sonó más sabroso que nunca. Las hemos visto 'cienes' de veces, sí, pero anteayer estuvieron especialmente entonadas, quizá contagiadas por la emoción del aniversario que también embargaba a muchos de los asistentes habituales. A los temas de su abrasivo debut homónimo de 2017 -'Mentiras', 'Una tras otra', 'Gira', 'Una voz', 'Alfajarín'...- sumaron 'Ya no me importa' y 'Si tú me quieres', de su reciente EP, además de una inédita sin título -en el 'setlist' aparecía nombrada como Stereolab- y el 'Cartel de neón' que sonó al final. ¿Sería una alusión al letrero luminoso que preside la entrada del garito?
Los miembros de Za!, que habían disfrutado en primera fila de la actuación, subieron al escenario tras embutirse en las camisas hawaianas y los shorts. Lo que sucedió después sorprendió a quienes desconocen cómo se las gasta el dúo catalán, cuya música y actitud escénica dan verdadero sentido a términos como 'imprevisible', 'marciano' o 'inclasificable'. Su libertino show, sustentado sobre teclados, batería y cacharrería digital, fue un akelarre de alaridos, voces robotizadas, bailes febriles y sonidos que oscilaron entre el free jazz, la electrónica, el gangsta-rap que cantaron entre la audiencia, la psicodelia e incluso los ritmos asiáticos de 'Badulaque'. Todo ello -también la despedida con las versiones de 'La Rave de Dios' (Pony Bravo) y 'Smack My Bitch Up' (Prodigy)- fue ejecutado con grandes dosis de técnica, imaginación y, ante todo, mucho humor: nunca la vanguardia musical fue tan divertida.
La media de edad descendió estrepitosamente cuando apareció Cupido y las primeras filas se llenaron de hormonas, diademas con orejitas de gato, smartphones y coloridas uñas de gel. La autodenominada 'boy band' que ha unido al tatuado trapero Pimp Flaco y al grupo indie Solo Astra atravesó los corazones de la chavalería cual afilada saeta en el arranque con 'U Kow', 'Continúa' o 'El tiempo es oro'. Salpicadas de alusiones al iPhone, Instagram, Nintendo o Netflix, las tonadas de 'Préstame un sentimiento' (2019) se mezclaron con otras facturadas en solitario por Flaco ('Me da igual'), guiños al dúo del barcelonés con Kinder Malo ('Laberinto de amor') y una pieza nueva en la que las linternas de los teléfonos móviles parecían las velas de una tarta de cumpleaños para el 'Daba'.
Sin embargo, lo mejor fue ver cómo defendieron una interesante ópera prima que trasciende el trap para escorarlo hacia un pop reluciente y orgánico de estribillos contagiosos y letras amorosas que combinan candor, poesía e ironía: '5 Senti 2', 'Milhouse', 'Telepatía'... Sea como fuere, hay talento e ingenio en unas composiciones que podrían sostenerse sin el 'autotune', ese efecto vocal que provoca dentera entre la parroquia viejuna y que aquí queda en segundo plano gracias al oficio de un grupo que toca de verdad, sin pregrabados, cumpliendo con la liturgia de solos, punteos y demás. Así lo confirmaron en la desopilante 'Autoestima' («Ser tan guapo no es tan guay como los feos creen») y en el himno 'No sabes mentir', que terminaron de enloquecer al público milenial y a los de la Generación Z. Para algunos jóvenes, la noche de Cupido fue su estreno en un concierto y quién sabe si también el primero de los muchos flechazos musicales que el Dabadaba seguirá provocando en los siguientes cinco años. ¡Esto no ha hecho más que empezar!
Dabadaba: quinto aniversario
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Fecha: 30/3/2019
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Lugar: Sala Dabadaba (Donostia)
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Melenas: Oihana (voz y guitarra), Leire (bajo y coros), María (teclados), Lauri (batería).
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Za!: Edu Pou (batería y voz), Pau Rodríguez (teclados y voz).
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Cupido: Pimp Flaco (voz), Luichi Boy (guitarra), Toni D (guitarra y teclados), Al García (bajo), Dannel (batería).
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Discjockeys: Alvva, Atraco negrata y DJ Araña. Asistencia: 300 personas (lleno).
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