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Fiesta y combate en la primera cabalgada
Cerca de 8.000 personas asistieron a la jornada inaugural del Donostia Festibala en el hipódromo. El hip hop, el reggaetón y la cumbia se impusieron al rock en una apertura repleta de jóvenes y mensajes feministas
Sólo por las hordas de jóvenes que a media tarde cruzaban el puente rumbo al hipódromo ya se hizo evidente que el Donostia Festibala ... de este año iba a ser una edición con récord de asistentes. Mucha gente optó por hacer tiempo en el parking y consumir allí los 'refrescos' que portaban en sus bolsas de supermercado, pero a las 18.30 horas la afluencia en el interior ya era importante. A medianoche, el festival anunció las fechas de su décima edición, que tendrá lugar el 18 y 19 de septiembre de 2020, una semana más tarde de lo habitual. También confirmó el número de asistentes del viernes: un total de 8.000.
A los andoaindarras Rukula les tocó el honor de inaugurar en el escenario de Le Bukowski la novena edición del Donostia Festibala con su adictiva música instrumental. «Ensalada bailonga», la llaman ellos acertadamente, pues su mezcla de rock, funk, stoner y metal resulta de lo más idónea para mover el bullarengue, que diría Siniestro Total.
Pese a lo temprano del horario, IRA protagonizó uno de los arranques más concurridos del festival
Tremenda Jauría triunfó con su cumbia feminista y recordó al fallecido Iñigo Muguruza
El hip hop de Natos y Waor desató la euforia en las primeras filas llenas de jóvenes seguidoras
Y eso es lo que hicieron también las numerosas espectadoras -ellas eran mayoría sobre ellos- que bailaron en la carpa al son de los ritmos de las raperas de IRA. «Una vez que las mujeres hemos accedido a los escenarios, la siguiente conquista debería ser que no haya conciertos tan temprano», bromearon las madrileñas, dueñas de una propuesta de lo más visceral. No tenían motivo para quejarse porque pese a lo temprano del horario, fue uno de los arranques más concurridos que se recuerdan en el festival. Al grito de «reggaetón o barbarie» y con Unai Muguruza a los platos, su perreo feminista fue la mejor manera de prender la mecha de una primera jornada que mezcló fiesta y reivindicación ante una audiencia abrumadora y mayoritariamente joven. Los escasos cuarentones del lugar, blanco fácil por sus canas o directamente por la ausencia de pelo, suspiraban por tener 20 o 25 años menos y pasarlo tan bien como todos esos chavales que podrían ser sus hijos.
Rap contestatario
«El concierto se ha cancelado», bramó una voz que brotó del potentísimo equipo de sonido. Era una broma de Lágrimas de Sangre, que llevaron al escenario su rap contestatario con canciones que tuvieron un punto orgánico gracias a la colaboración de un guitarrista que tocó la eléctrica y la acústica en directo. «Espero que hayáis merendado bien porque vamos a sudar», amenazaron antes de acometer «canciones de amor en tiempos de guerra» ('Chispa y oxígeno'), homenajes a su comarca del Maresme barcelonés ('La gente') o piezas hedonistas ('Voy a celebrarlo') que culminaron tras una última confesión: «Euskal Herria es nuestra segunda casa».
Programa del sábado
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Escenario Keler Nerabe (19.05), Beret (20.55), Iseo & Dodosound with The Mousehunters (23.05), Gatibu (1.00).
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Escenario Donostia El Negro (18.30), Ayax y Prok (19.55), Tote King (22.00), Bad Gyal (0.10), Maikel Delacalle (2.15).
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Escenario Dabadaba Melenas (18:25), Antifan (20.00), La Plata (21.55), Dabadaba DJs B2B Atraco Negrata (0.00), Brava (2.00), Atodamadre (4.00).
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Escenario FNAC Espagueti (20.55).
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ENTRADAS
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Bono 59 euros.
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Entrada de día 32 euros.
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Venta donostiafestibala.com. Kutxabank hará un descuento de 8 euros aplicable a los primeros 1.175 bonos y a un máximo de bono por tarjeta. Disponible en cajeros multiservicio Kutxabank y en kutxabank.es.
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Acceso gratuito para menores de 11 años acompañados de adultos.
Se definen como «una manada de perras y perros salvajes que aúllan y rugen en pleno corazón de Madriz» y al principio de su refrescante y airada función del hipódromo lucieron sus habituales máscaras antigás. No tardaron en despojarse de ellas para poder manejarse con mayor comodidad en la interpretación de su «cumbia y reggaetón feminista». El acordeón guio los primeros pasos de un concierto en el que se escucharon las primeras voces con autotune del festival, aunque también hubo guitarra, bajo y percusión electrónica. En un ambiente inmejorable, hicieron danzar al público de dentro y fuera de la carpa, que se quedó pequeña para disfrutar de piezas como 'Akelarre', 'Esta noche' o 'Con tol deskaro'. En la despedida, se tuvieron un recuerdo para el recientemente fallecido Iñigo Muguruza y desearon «larga vida» a una familia que les enseñó que «la música siempre es combate».
Natos y Waor irrumpieron con una fuerza brutal, cargados de rimas cortantes y pesadas bases de hip hop de contenido social. El dúo de Aluche despertó la euforia de las primeras filas, pobladas de jóvenes presas del histerismo y que, a buen seguro, forman parte de las apabullantes cifras que manejan estos madrileños con voz de esparto: más de 630.000 seguidores en YouTube, 460.000 en Instagram, 240.000 en Twitter… Con una enorme calavera coronando el escenario principal, reventaron el hipódromo a base de temas como 'Gloria', 'Rockanrollas' 'Demonios y bares de viejos' o 'Bicho raro', incluido en 'Cicatrices' (2019), su último álbum. El tradicional encendido de móviles y mecheros llegó en 'A corazón abierto' antes de 'Camarón', «baladita» con pinceladas flamencas. Recordaron que sus conciertos suelen durar hora y media larga, pero «por exigencias del guión» (de la organización) ayer actuaron menos tiempo. «Volveremos más pronto que tarde», advirtieron mientras se hacían un selfi masivo junto a 8.000 personas.
Gatibu, Bad Gyal, Beret y Ayax y Prok reinan en el cierre del festival
Tras el explosivo cierre de este viernes por la noche con Carolina Durante, Mala Rodríguez, Ms Nina -y los DJs P3z, Budin y Makala-, el hipódromo retomará este sábado por la tarde los conciertos de su segunda y última jornada. El escenario principal acogerá en primer lugar el concierto de los donostiarras Nerabe, que siguen presentando su ración pop de debut, 'Toki-on' (2018). Después, el sevillano Beret defenderá su condición de gran figura de la música urbana española actual, mientras que los navarros Iseo & Dodosound with The Mousehunters tirarán de reggae y dub antes de la fiesta rockera que prometen los gernikarras Gatibu.
La carpa recibirá a El Negro, rapero de Intxaurrondo con fuertes raíces en el underground local y letras muy pegadas a la calle, igual que las de los gemelos granadinos Ayax y Prok, emblemático dúo del hip hop español. Dentro del mismo género, el sevillano Toteking exhibirá los galones ganados durante dos décadas: en el hipódromo presentará su último trabajo, 'Lebron' (2018). Por su parte, la catalana Bad Gyal defenderá su condición de buque insignia del dancehall en el Estado y el tinerfeño Maikel Delacalle mezclará ese estilo con otros como el R&B, el trap y el hip hop.
Finalmente, Espagueti actuarán en el escenario FNAC, mientras que el tablado gestionado por el Dabadaba concentrará el mayor número de guitarras con Melenas, Antifan y La Plata, sin olvidar a los DJs de la sala de Egia y Atraco Negrata, Brava y Atodamadre.
De vuelta al escenario de Le Bukowski, los navarros Kaskezur, con cierta aureola de grupo de culto, convocaron a menos público del que merece su excitante propuesta, muy anclada en el rock de los 90 de esencia ruidista. Tocaron justo el día en que presentaban su nuevo disco, 'Ihesi doaz animaliak', una nueva entrega de música oscura y vibrante con ecos de bandas como Sonic Youth y The Cure. Casualmente, el primer single es 'Euria', una versión cañera del disco 'Euria ari du' (2009), de Joseba Irazoki, quien tocaría después escoltado por sus Lagunak. En diez años, el músico folkie de aquel álbum ha mutado en una criatura imprevisible que transita por los angulosos territorios de la psicodelia, el rock progresivo y esa experimentación que nunca ha abandonado: de hecho, está a punto de lanzar un recopilatorio de temas instrumentales.
Irazoki dinamitaba el escenario con ese espectacular bombazo llamado 'Salbatzaileak' poco después de que el catalán Carlos Sadness arribara a la carpa. Curiosamente, el músico, exrapero confeso, ha hecho el viaje inverso para zambullirse ahora en un indie-pop eléctrico en el que no falta el ukelele y que habría encajado estupendamente en el Donostia Festibala de Igeldo donde reinaban el pop y el rock indie. Ahora, quedó claro en la primera cabalgada y se confirmará este sábado, manda la música urbana.
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