Elisabeth Leonskaja: «No sé lo que significa ser un prodigio, pero cuanto más talento hay, más hay que cultivarlo»

– ¿Qué es Brahms para usted?

– A la típica pregunta de qué compositor escogería si estuviera sola en una isla desierta respondería sin dudar que ¡Johannes Brahms! ¡Es un compositor tan versátil! Solo sus tres sonatas tempranas para piano, las op. 1,2 y 5 son un gran mundo en sí mismo. En estas obras de juventud se puede escuchar lo que es un sinfonista, pero también un letrista de lo más íntimo. Ya entonces Joachim dijo de él: «nuestro Johannes es tan suave como la nieve». Su música me ha acompañado desde mi juventud.

– ¿Cómo definiría su 'Concierto para piano y orquesta nº 2'?

– Este concierto para piano es un impresionante ejemplo de su periodo creativo de madurez. Las partes de piano y de orquesta están entrelazadas en un solo cuerpo, una sola alma. ¡En ningún momento es un solista contra la orquesta!

– Lo interpretará junto a la Orquesta Sinfónica de Galicia dirigidos por Dima Slobodeniouk. ¿Ha colaborado antes con ellos?

– Aprecio mucho a la Orquesta de Galicia. Es una orquesta con tradición, formada por músicos maravillosos que tocan juntos con pasión. Y Dima Slobodeniuk es un gran director de orquesta y un gran músico que quiere y respeta a sus músicos.

– Usted ha tocado prácticamente con todas las orquestas importantes del mundo. ¿Qué valora en una orquesta y en un director?

– Una orquesta está formada por muchas personalidades diferentes y hoy en día la mayoría de las orquestas son multiculturales. Sin dedicación, sin querer tocar juntos, sin pasión, ninguna orquesta será buena. Y eso es lo que hace tan feliz a la Sinfónica de Galicia. La alegría de trabajar y hacer música, su profesionalidad, dedicación y amor por la música.

– Esta vez actúa con orquesta, pero acostumbra a ofrecer recitales en solitario. ¿Qué es lo que más le gusta de cada una de estas facetas?

– Cuando actúo con una orquesta lo que más me gusta es la fascinación de tocar juntos y crear. Esto es muy diferente a las actuaciones en solitario, donde puedo ser mucho más libre, por decirlo de alguna manera.

– Usted aborda habitualmente la música de cámara y lo ha hecho también con músicos de otras generaciones. ¿Qué destacaría de la colaboración entre artistas consagrados y jóvenes valores?

– He tocado durante años con el Cuarteto Alban Berg, el Cuarteto Borodin y el Cuarteto Guarneri. El tiempo corre y ahora soy un poco más mayor que mis estimados compañeros del Cuarteto Arthemis, el Cuarteto Belcea y el Cuarteto BerlinerStaatskapelle. Los encuentros entre músicos de diferentes generaciones son importantes, enriquecedores y gratificantes, y no sólo para los jóvenes. Tengo un enorme respeto por los músicos jóvenes.

– ¿En qué medida diría que le marcó ser una niña prodigio del piano?

– No sé lo que significa ser un prodigio. Es un espectro tan amplio... ¿Es un milagro un niño que aprende más rápido y mejor y tiene más alegría de vivir? Mi madre quería que fuera músico y así fue. Ya de adolescente me di cuenta de lo serio y nada fácil que es este camino.

–¿Cree que el talento es algo innato?

– Sí, claro, sin talento no se llega lejos, pero cuanto más talento hay, más hay que cultivarlo.

– Tengo entendido que vive en Viena, pero que tiene una casa en San Sebastián. ¿Qué le llevó a escoger nuestra ciudad?

– Me encanta el mar, me siento bien en España y San Sebastián es una perla. Llegas aquí y eres feliz. ¡El aire! ¡El surf! ¡La puesta de sol...! Aquí soy bastante feliz.

– Tras el concierto de San Sebastián, ¿qué proyectos tiene?

– Tengo conciertos en Schubertiade, Austria, Colonia, Berlín, Frankfurt, Madrid, Leipzig, Copenhague y diferentes 'masterclass'.