Andrés Calamaro: «Ahora sabemos que puedo escribir sin tomar cantidades de cocaína»
El ensayista Rodolfo Palacios ha alabado el disco 'Cargar la suerte' y ha citado a David Lynch al recordar su frase «Es hermoso ver a ... alguien salir de la oscuridad».
- ¿Con este nuevo disco sigue usted adentrándose en una senda más luminosa?
- Entiendo por qué lo dice Palacios: ahora sabemos que puedo escribir sin tomar cantidades de cocaína. Este disco es un episodio. Siempre creemos que estamos haciendo el mejor disco posible y este año estoy alumbrado por el verbo que refluye, sus alas negras sobre blanco, en este humilde servidor que escribe.
- Existe la creencia de que es más fácil escribir grandes obras en un contexto de tinieblas o vida salvaje. ¿Usted fue más fecundo en otros tiempos?
- Lo importante es salir del eje del lamento, del ego sentimental, probablemente la expresión más acabada y traicionera del concepto que distingue Sigmund Freud. Otra cosa es llamar a las cosas por su nombre: cocaína, chocolate, marihuana, todas las drogas... Es hacerle una trampa el tiempo y beberlo de un sorbo. He sido muy fecundo en aquellos graciosos tiempos tormentosos, mucho. Reventamos el árbol de canciones, ordeñamos gasolina prendida fuego, pero no es que ahora haya perdido el don de la palabra.
- De Sabina, por ejemplo, suelen decir que sus letras perdieron gancho desde que abandonó la vida disoluta…
- Admiro mucho a Joaquín, es heredero de Miguel Hernández y Vallejo. En España, como usted prefiera, hay que escribir bien y Sabina sigue siendo un genio. Entiendo el punto, pero creo que consumí más sustancias que Sabina. Él es un bohemio de postín, un bendito poeta maldito, le gusta fumar tabaco y tomar whisky. Parece complicada la edad para los salvajes. Al principio siempre era el más joven y mis compañeros, quienes aún viven, no están disfrutando de la última edad.
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