Madrid se tiñe de los colores de la India

El escenario escogido, el teatro Quevedo, una sala recogida e íntima, supone una variante a la imagen mental que solemos tener en Occidente sobre Bollywood de coreografías multitudinarias y en espacios grandes. Este show, en cambio, es muy exclusivo, con buena calidad y poca gente, declara Singh, quien está de vuelta a Madrid después de una gira mundial en la que han recorrido países como Rusia, México o Italia y, más recientemente, China, de donde acaban de llegar.

Nacido y crecido en Bombay, donde mamó la cultura india a través de su danza y sus festivales, Sunny declara haber desarrollado un estilo cuya definición es la fusión. Esto, mezclado con su experiencia en la industria del cine, ha dado como resultado este musical centrado en pura danza de la India pero con un pequeño argumento de amor. Sin amor no hay vida, sentencia sonriente.

Entre baile y baile, aparecen salpicados pequeños detalles de la cultura india, como la danza Chhau, un género de danza marcial tribal, o deidades como Ganesha, o Krishna y Radha, dos divinidades hindúes cuya relación es la encarnación del amor verdadero. Incluso se cuela algo de hip-hop, R&B o burlesque. Todo, eso sí, con un toque de India. No vamos a dejar el estilo, promete el bailarín y coreógrafo. Así se resume Colores de India, un show para gente que quiere sentir alegría, olvidar durante dos horas sus problemas y cuyas escenas representan el país asiático que, para Singh, es color, una fusión de tradición y modernidad. Eso es India, sentencia.