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El rumor circulaba y esta semana se ha confirmado como triste noticia: el local de la librería Hontza, una de las clásicas de Donostia ... , está en venta. Dejará de existir como librería salvo el improbable caso de que quien compre el espacio (a la venta por 1,4 millones de euros en los portales inmobiliarios) apueste por continuar el negocio. Es otro cierre más que se une a una larga cadena y que reafirma la tesis de que una Donostia que hemos conocido se extingue. Basta con dar una vuelta a esa manzana: hace un año se cerró el Altxerri, que sigue en venta, al lado echó la persiana el Tánger hace unos meses. Sumemos espacios tan distintos, pero tan reconocibles, como Lagun, Arenzana o el Dioni's.
No se trata de hacer otra vez el artículo nostálgico, sino de registrar lo que está ocurriendo: la falta de relevo generacional, por un lado, y los precios disparados del suelo, por otro, sepultan la identidad de las ciudades. Ocurre en Donostia y en muchos otros sitios. Al menos nos cabe el derecho a lamentarlo.
Hontza era (es, todavía) una de las grandes librerías de Donostia, abierta en 1982 donde estuvo otra histórica, Ayalde. Algunos hemos crecido comprando ahí los títulos que nos hicieron lectores. Se fue Lagun, y antes la Internacional, y Ramos, y Serván... Si Carlos Ruiz Zafón escribió su 'cementerio de los libros olvidados' podemos construir aquí el camposanto de las librerías recordadas.
Lo de Hontza no es 'crisis de librerías'. El presidente de los libreros guipuzcoanos, Adolfo López Chocarro, de Zubieta, sigue recordando que muchos establecimientos de este tipo funcionan con éxito. Habrá que felicitarse por los que continúan más que llorar por las que desaparecen. También sigue la Librería Donosti, otro símbolo, aunque haya quien esparza rumores aprovechando las aguas revueltas. Los hermanos Azurmendi me subrayan que continúan, y que esperan hacerloi por muchos, muchos años, en ese icónico local de la Plaza de Bilbao que sedujo a Woody Allen. «Se abrió en 1971 y todavía nos quedan muchos libros por vender, aunque seamos el último mohicano de las librerías donostiarras», señalan. Lo celebramos. Contribuyamos al futuro: hoy es buen día para comprar un libro, en Hontza, que aún sigue abierta, en Donosti o en cualquier otra.
Porque curiosamente cada vez se venden más libros y los autores movilizan más lectores. El jueves, por ejemplo, el público llenó Aula DV en el Aquarium para escuchar a Ibon Martín en la presentación de 'Alma negra', su nueva novela, que en pocos días ha alcanzado la segunda edición. Entre los lectores que pidieron firma al autor, Pablo Benegas, el guitarrista de La Oreja de Van Gogh, que hace solo unos meses llenó el mismo espacio con su libro 'Memoria'. De momento Benegas prefiere hablar de libros que de música, pero permanezcan atentos a sus pantallas.
En voz baja
Hay ritos felices. Cada 19 de enero la Plaza de la Constitución es como una Puerta de Sol a la donostiarra: sus doce campanadas marcan el inicio de la fiesta. Aquí el mando no lo llevan broncanos o pedroches, sino el Tambor Mayor, un tipo vestido de militar para dirigir la fiesta más pacífica, en la que los cocineros replican a los soldados. No es solo la izada de Gaztelubide, sino de todos: hace ya muchos años se tomó la feliz idea de que todas las tamborradas de la ciudad estén también representadas en el tablado, y en paralelo cada barrio tiene su propia izada, también emotiva. Pero la Consti es el kilómetro cero, donde el alcalde iza la bandera.
Durante quince años Jose Ramon Mendizabal, Mendi, ha sido el Tambor Mayor. Mendi es un hombre discreto durante el año, pero el 19 de enero se transforma en ese Von Karajan que dirige la gran sinfonía donostiarra, con el equilibrio entre la 'seriedad' que merece la ocasión y el componente festivo. Ahora 'causa baja', en términos deportivos, por salud, pero sigue atento a la jugada. «El año que viene disfrutaremos el doble», me dice. Le sustituye, al menos este año, Gonzalo Aldanondo ('Casco' para sus amigos) de una larga estirpe tamborrera con base en Gaztelubide y a quien conocemos bien los que tenemos la suerte de salir en esa tamborrada. Otro pequeño gran cambio para la gran fiesta que siempre parece igual pero siempre es distinta.
P.d. Otros ritos siguen: llegan las sidrerías. El miércoles abre la temporada oficial de día con Gure Zirkua de protagonista y los amigos de Zelaia nois juntamos por la noche. El jueves lo hace Saizar con invitados como Perico Delgado o Manu Tenorio. Y el martes, llega la Gala del Pintxo al Victoria Eugenia. Vaya prefiestas donostiarras.
mezquiaga@diariovasco.com
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