Luces y sombras de una Donostia 2016 «mejorable»
Capitalidad Cultural Europea ·
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Representantes de doce localidades españolas que barajan optar al título en 2031 asistieron a un encuentro sobre la experiencia donostiarraIntegrar en el proyecto al conjunto de los agentes culturales del entorno y conseguir un 'relato' entendible para la ciudadanía son dos de los aspectos « ... mejorables» de la experiencia de la Capitalidad Cultural donostiarra a casi una década vista de distancia. Así lo expusieron ayer los responsables institucionales de San Sebastián en un encuentro con una docena de localidades españolas que barajan optar al título que otorga la Comisión Europea. Será en 2031, tres lustros después de que lo fuera Donostia, cuando a alguna ciudad española le vuelva a tocar la opción de ostentar el títul de Capital Cultural Europea.
Representantes de Cáceres, Oviedo, Las Palmas de Gran Canaria, Vitoria, León, Pamplona, Granada, Palma de Mallorca, Badajoz, Burgos, Jerez de la Frontera y Toledo asistieron ayer por la mañana en la casa consistorial donostiarra a una sesión informativa en la que distintos cargos involucrados en la Capitalidad Donostia 2016 explicaron lo que la experiencia supuso para la ciudad. No se ocultaron durante el encuentro los aspectos «mejorables» de una Capitalidad con luces y sombras, pero los responsables institucionales concluyeron que «transcurridos nueve años, Donostia ha salido fortalecida tras su capitalidad cultural, convirtiéndose en una ciudad más ambiciosa, cohesionada y reconocida internacionalmente». Esto se habría traducido, en su opinión, en «una cultura vibrante, una sociedad civil activa, un turismo en crecimiento y avances en ciencia y tecnología».
Tras una salutación a cargo del alcalde, Eneko Goia, en la que hizo un breve repaso a la gestación y ejecución del proyecto, el directivo de Donostia Kultura, Imanol Galdos, tomó la palabra para desgranar en trece puntos las estrategias y el balance de aquella experiencia.
Galdos indicó que la Capitalidad Cultural Europea constituye una «oportunidad única para ciudades medianas y pequeñas que merece ser aprovechada» y recalcó que los consensos político y social son imprescindibles, «cediendo protagonismo a la ciudadanía para construir un proyecto común sólido y compartido». También calificó de necesario «un relato que dote al proyecto de alma y resulte entendible». A su juicio, es preciso «un relato claro y emocional que genere entusiasmo, participación y cohesión social», algo que Donostia 2016 no logró.
Advirtió de que «un buen arranque» es clave, como también lo es la construcción de una estrategia sostenida en el tiempo «para llegar con credibilidad y solidez al año de la capitalidad». También apostó por «un proyecto que vaya más allá del arte, adaptado a los nuevos paradigmas postpandémicos», algo con lo que Donostia no tuvo que lidiar, como tampoco tuvo que hacerlo con la perspectiva de una Europa enfrentada «a un reto existencial» debido al «contexto geopolítico complejo y cambiante».
En opinión de Imanol Galdos, el protagonismo de cualquier proyecto de Capitalidad corresponde en estos momentos a los 'baby boomers', pero conectados «activamente con las generaciones más jóvenes». Y también ve necesario «contar con el territorio, y la región y la comunidad» más allá de los límites geográficos de la ciudad.
A continuación, indicó otro aspecto que también pudo fallar en Donostia 2016: la gestión de la expectativas. «La clave del éxito comunicativo no radica en grandes estrategias de marketing, sino en una pedagogía cercana y personalizada, socializando el proyecto con cada agente y colectivo para generar implicación realista y evitar expectativas que conduzcan a la frustración».
Y finalizó con una apuesta por adaptar el proyecto a la realidad de cada ciudad y con un recordatorio de que el 'legado' –del que en el caso donostiarra se ocupa Galdos desde enero de 2017–, «es un proceso continuo y diverso que se construye desde el inicio».
Al encuentro asistieron Rafael Ivorra, Sergio Vidal Álvarez, David Corrales y Carmen González por parte de la Subdirección General Relaciones Internacionales y UE, mientras que en nombre de la Comision Europea estuvieron Marie Imbert, Sylvain Pasqua y Richard Blaisquet.
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