«Igual que una mala palabra puede llevar a desmoronarte, una amable te puede salvar»
La escritora Olga Serrano relata en su novela 'Juguetes de niño sádico' el torbellino emocional de una joven donostiarra y su reparación anímica
Aunque 'Juguetes de niño sádico' puede parecer escrita de un tirón, todo lo contrario: su autora, Olga Serrano (Donostia, 1982), asegura que escribió su primera novela a lo largo de cinco años, aunque con interrupciones. La novela, publicada por Alberdania, captura a través de la historia de Myriam todo el malestar generacional de esta época: relaciones familiares conflictivas, búsqueda del afecto, desencanto laboral, desideologización y la amistad como último refugio. «Igual que una mala palabra puede ser la gota que colme el vaso que te lleve a desmoronarte, una amable puede salvarte», asegura la escritora.
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De alguna forma, ésa es la historia de Myriam. Envuelta en una relación afectiva complicada y con sus vínculos familiares en proceso de deterioro, la protagonista de 'Juguetes de niño sádico' aprovecha la oportunidad que se le ofrece de pasar una estancia en Granada para acometer un proceso de reparación de daños.
'Juguetes de niño sádico'
Autora: Olga Serrano.
Estilo: novela.
Editorial: Alberdania.
Páginas: 224.
Precio: 18,90 euros.
Sobre su protagonista, la escritora donostiarra explica que «está buscando afecto en todo momento, de ahí las continuas referencias que hace a su infancia, y los busca de una manera temeraria, entre sucedáneos, porque lo que más le define es esa necesidad permanente de aprobación y ese ansia por complacer». En contraposición, es alguien que no emite juicios morales: «Es un aprendizaje a partir de lo que ha vivido en la relación con su madre. No la juzga, aunque vea y valore las consecuencias de su comportamiento».
A través de esa búsqueda de intercambio de cariño, «la novela quiere resaltar la importancia que tiene cómo nos comportamos con los demás, no sólo en su aspecto negativo. Está muy visto que una persona que lo está pasando mal se desmorone a partir de una situación cotidiana o de una mala contestación que colma el vaso. Aquí quería destacar lo contrario, que una palabra amable de una persona de la que quizás no sabemos sus circunstancias o es una desconocida puede salvar a otra», señala Serrano.
«Hay una contraposición entre San Sebastián y Granada: la primera es la calma, mientras que la otra representa muy vibrante»
La ruptura del torbellino emocional en el que se encuentra Myriam surge inesperadamente a través de la oportunidad de pasar una temporada en Granada, «que es casi un personaje más de la novela. Hay una contraposición entre las dos ciudades. Para Myriam, San Sebastián es la calma, mientras que en Granada se encuentra con una ciudad muy vibrante. Como diseñadora gráfica, veo San Sebastián azul y Granada, roja». En la ciudad andaluza, la protagonista «busca un refugio en el que lamerse las heridas, sabiendo que esa estancia en algún momento se va a acabar y tendrá que volver. Hay una sanación, pero no fruto de una huida, sino como un paréntesis».
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¿Retrato generacional?
Olga Serrano acepta que su relato pueda ser leído en clave de retrato generacional, pero niega que ésa fuera la intención. De hecho, «está muy enfocada en lo psicológico y en los sentimientos individuales de Myriam, aunque es verdad que se pueden dar a cualquier edad». Admite también que «el tono de la escritura es muy de ahora». En cuanto al desencanto político e ideológico, apenas esbozado al comienzo de la novela, indica que «tal y como dice Myriam en un momento de la novela, en la universidad nos enseñaron a despreciar todas las conquistas sociales que hubo y eso sí lo percibo, aunque quizás ahora empieza a cambiar. La gente de mi edad teníamos unas expectativas de vida en las que si ibas a la universidad, conseguirías ciertos objetivos y eso no se ha materializado de la manera que esperábamos».
Respecto a su método de escritura, la autora comenta que «soy muy esquemática. Lo que normalmente me cuesta más es profundizar y dar una mayor envergadura a las escenas. Tengo una manera de escribir, quizás no muy práctica, pero que es la que me sale: escribo a capas. Primero, el esqueleto de la novela y luego voy ampliando cada parte para darle matices, pero la esencia de la historia estaba desde el principio».
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«Mi generación tenía unas expectativas en las que si ibas a la universidad, lograrías ciertos objetivos y eso no se ha materializado»
Con todo, Serrano sitúa la mayor dificultad en todo el proceso más en el pudor que puede acompañar a la publicación de la novela que al hecho de escribirla en sí. «En esta novela he puesto cosas propias, pero los hechos son ficticios. El pudor viene más por las escenas sexuales que en el momento de escribirlas no me preocupaban, pero que en el momento de publicar pensé que igual no me apetecía que leyeran determinadas personas. Estoy pensando en mis padres, pero bueno...»
Ahora Serrano trabaja en una segunda novela ya prácticamente terminada, cuyo último repaso empezará cuando termine la promoción de 'Juguetes de niño sádico'. Sin ánimo de adelantar mucho sobre su contenido, sí avanza que «está escrita en primera persona, pero es muy diferente a 'Juguetes...' Trata de lucha de clases, psicofármacos, desamor y ayuda mutua, pero desde otro punto de vista más colectivo».
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