
Ibon Martín | Autor de 'Alma negra', hoy en Aula DV
«Las cicatrices de los Montes de Hierro son el escenario ideal para las heridas de mi novela»Secciones
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Ibon Martín | Autor de 'Alma negra', hoy en Aula DV
«Las cicatrices de los Montes de Hierro son el escenario ideal para las heridas de mi novela»La novela acaba de salir esta misma semana y ya está disparada en ventas. El escritor Ibon Martín (Donostia, 1976) continúa cultivando el 'euskal noir' ... con 'Alma negra', historia ambientada en los llamados 'Montes de Hierro', los valles mineros de Bizkaia. «Las cicatrices de ese paisaje encajan a la perfección con las cicatrices de mi relato», asegura. Hoy será la presentación en Donostia, dentro de Aula DV. La cita es a las 19.00 en el Aquarium, con entrada libre hasta completar aforo. El escritor conversará con los asistentes y firmará ejemplares.
– ¿Qué cuenta en 'Alma negra'?
– Es el cierre mi serie protagonizada por la ertzaina Ane Cestero y el personaje de Julia. Empecé con ellas en 'La danza de los tulipanes' y aunque cada novela es autoconclusiva, la vida personal de las protagonistas ha ido avanzando y obligaba a construir un cierre en el que se respondieran algunas incógnitas. Una, la más importante, se refiere al personaje de Julia: sabemos que es una niña robada hace 40 años y que la compraron sus padres en un convento. En el primer capítulo la vemos llamando literalmente a la puerta de su madre biológica, que por fin ha encontrado. Pero nada será como imagina.
– Hay más tramas.
– En paralelo han asesinado a una mujer muy poderosa que quiere reabrir las minas de la margen izquierda de Bilbao, aprovechando que ahora se han encarecido las materias primas. Ana Cestero, ahora fuera de la Ertzaintza porque ha sido suspendida, investiga el caso.
– Siempre da mucha importancia a los escenarios. ¿Por qué ha elegido éste?
– De hecho elijo primero el escenario y luego veo qué trama encaja en ellos. La historia causa desazón y quería un lugar que también transmitiera desasosiego. Para ello los Montes de Hierro de Bizkaia son el paraje ideal. Para los guipuzcoanos es un destino menos conocido, pero merece la pena: durante milenios se ha estado extrayendo hierro en ese paraje cubierto de cicatrices. Las heridas no solo están en el paisaje, sino que están también en el alma del lugar. Cuenta con su propia mitología. Son pueblos como La Arboleda, Galdames o Gallarta, muy cerquita de Bilbao, a tiro de piedra de Barakaldo: prácticamente en la orilla de la ría, pero 400 metros más arriba. Pinares enormes han colonizado las extensiones donde antes estaban las minas, hay edificios olvidados en medio de la maleza, pequeños núcleos que crecieron a la sombra de la minería y hoy están prácticamente abandonados o habitados por cuatro habitantes.
Cita con Ibon Martín
Cuándo Esta tarde, a las 19.00, en el Aquarium de Donostia. Entrada libre hasta completar aforo.
Cómo Ibon Martín presenta la novela 'Alma negra' en diálogo con Virginia Fernández, de la editorial Plaza&Janés y Mitxel Ezquiaga, de DV.
Firmas El autor dialogará con los asistentes y firmará ejemplares al final del acto.
Organiza El Diario Vasco.
– Su experiencia como autor de guías de viaje por Euskadi le ha servido para elegir escenarios.
– Pasé 12 o 13 años descubriendo rincones de Euskal Herria, también para El Diario Vasco y otros medios.
– Recordemos otros paisajes emblemáticos donde ha contado historias: Pasaia, por ejemplo.
– En Pasaia nacieron mis primeras novelas negras y es para mí especial. Incluso en 'Alma negra' hay un pequeño capítulo en Pasaia. También Oñati me maravilló cuando trabajé en 'Ladrón de rostros'.
– Y Donostia, ¿cuándo?
– Muchas veces he estado tentado de traerme alguna historia a Donostia, a casa, pero me gustan los escenarios que tienen mucha carga rural, pequeñitos, aislados. Elegí Bilbao en su momento, con 'El último akelarre', pero a mitad de la historia me tuve que marchar a Zugarramurdi porque no terminaba de encontrar el ambiente. En Donostia incluí el desenlace de 'La jaula de sal', en la isla de Santa Clara.
– Se habla de 'novela euskandinava' o 'euskal noir'. ¿Usted qué denominación prefiere?
– A mí siempre me gustó lo de 'euskandinavo', pero la etiqueta que ha triunfado es 'euskal noir'. El género sigue creciendo, yo noto el aumento de ventas de libro a libro, cada vez nos traducen a más idiomas y ahora, por ejemplo, estoy vendiendo muy bien en Latinoamérica. Crecerá aún más cuando haya una serie basada en uno de nuestros relatos. De Mikel Santiago se ha adaptado uno, 'Tremore Beach', pero transcurre fuera de Euskadi, en Irlanda. Hay serie basada en Touré, el personaje de Jon Arretxe, pero yo no termino de encajar los relatos de Jon en el 'euskal noir'. Transcurren en el barrio de San Francisco de Bilbao, y los relaciono más con las grandes ciudades americanas de la novela negra urbana. Uno de los ingredientes más habituales del 'euskal noir' son sus paisajes aislados.
– ¿Quá más elementos caracterizan la novela 'euskandinava'?
– El protagonismo de los lugares y de la climatología, además de las tramas, claro. En las novelas de Mikel Santiago o de Noelia Lorenzo vemos historias localizadas en pequeños lugares, con un punto de aislamiento que genera cierta claustrofobia. Lo mismo puede ser Oñati o los Montes de Hierro que la Illunbe imaginaria de Mikel Santiago a la orilla del mar, pero son siempre lugares donde acaba la carretera, donde muere el mundo.
– Hace ya años dio el salto a una editorial grande y vende miles de libros, pero mantiene su faceta de autor infantil y juvenil en su propio sello editorial.
– Sí, sigo editando con mi propia editorial mis libros para chavales, pero es verdad que publicar con Plaza y Janés me permite dedicarme a lo que a mí me gusta, que es escribir, y no tener que estar preocupándome de la edición. Cuando la editorial es propia tienes que preocuparte de que el libro esté bien corregido, bien maquetado, llevarlo a la imprenta, hablar con la distribución. Cuando trabajas para una editorial escribes: cuando sale el libro hablas, mucho, mucho, mucho, pero básicamente lo que haces es lo más apetecible: escribir. Lo bueno de Plaza y Janés es que respetan mis tiempos y jamás me han metido prisa.
– Conociéndole, seguro que tiene ya en mente la próxima.
– Escrita, no; en la cabeza sí. Tengo el inicio, los personajes... Me he marcado el 1 de marzo como fecha para sentarme a escribir, y hasta entonces espero darme paseos por La Concha, cuando la promoción me lo permite, con la libreta en la mano para ir tomando notas.
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