Después de 30 años, Harriet vuelve a la creación con 'Vergüenza y olvido'
El cómic, con dibujos de Alex Macho y color de Garluk, ha sido editado por su editorial, Harriet Ediciones, junto con 'Joana Maiz' de Yurre Ugarte y Joseba Larratxe y tres traducciones
Gregorio Muro Harriet (Hernani, 1954), que se inició como autor de cómics a finales de los años 70 en la revista 'Ipurbeltz', ... rubricó con su segundo apellido, Harriet, algunos de los cómics vascos más conocidos de la época, como 'Justin Iriart', 'La marca de la bruja', 'Sudor de sol' o 'Simon Besaluze', que se publicaron en varios países europeos y recibieron numerosos premios internacionales. A principios de la década de los 90, Harriet cambió de orientación profesional y se dedicó al cine, hasta que hace cuatro años, en 2015, regresó al mundo del cómic fundando la editorial Harriet Ediciones.
Ahora, tras reeditar con su sello su propia obra e ir constituyendo un catálogo de traducciones y obras originales de otros autores que ya supera los 25 títulos, ha dado un paso más y, después de casi 30 años, ha regresado a la creación con 'Vergüenza y olvido'-'Lotsa eta ahaztea', un cómic histórico de corte clásico muy enraizado en su trayectoria anterior, que no será el último de esta nueva etapa. El autor ha presentado la obra en compañía del dibujante Alex Macho y el colorista Ekaitz Agirre 'Garluk'.
En la mesa de novedades de Harriet Ediciones, sin embargo, han podido verse más propuestas nuevas, como la novela gráfica 'Joana Maiz', con guión de Yurre Ugarte y dibujos de Joseba Larratxe 'Josevyski' y tres traducciones: 'Isaline', de L'Hermenier y Yllya, dirigida a los más pequeños; 'La isla del remordimiento', 'Oroiminaren uhartea', de Didier Quella-Guyot y Sebastien Moric y 'Virginia Hill', de Deville y Christophe Girard. El crítico Igor Leturia ha detallado las características de cada una de las publicaciones, que en conjunto componen una oferta marcada por la variedad.
Guerra de Filipinas
Tal como viene haciendo Harriet Ediciones desde su creación, todos sus libros, sean reediciones, obras nuevas o traducciones, se editan simultáneamente en euskera y castellano. En el caso del nuevo trabajo de Harriet, sin embargo, se adelantó el francés, ya que el pasado mes de mayo la editorial Glénat editó el primer tomo de 'La honte et l'oubli', que ha tenido buenas críticas en Francia y Bélgica, dos países en los que la BD tiene un enorme peso cultural y editorial. El segundo ha visto la luz este mismo 30 de octubre. En euskera y en castellano se han editado los dos tomos a la vez.
El autor ha reconocido en la presentación que con 'Vergüenza y olvido' ha recuperado un proyecto que dejó inacabado en los ochenta, dentro del desarrollo de uno de sus personajes, Simon Besaluze, cuyas andanzas contó, con dibujos de Luis Astrain, en tres tomos. Lo que entonces quedó en el tintero ha regresado con la nueva visión gráfica que aporta el trabajo de Macho y Garluk y «un tono más serio», ya que lo que se cuenta es, en definitiva, una historia terrible con Filipinas como escenario del enfrentamiento de dos potencias -España y Estados Unidos- que causó cientos de miles de muertos.
«Tal como he hecho en toda mi obra, he puesto en cuestión el poder; cómo lo ejercen siempre los mismos y lo sufren también los mismos: los más humildes»
gregorio muro harriet
En esa guerra se vieron atrapados, como otros muchos vascos movilizados por España para defender una de sus últimas colonias, dos hermanos de Gallarta, trabajadores de las minas, que en sendas historias paralelas van haciendo avanzar el relato. Harriet se ha mantenido fiel a una actitud que es una constante en toda su obra, y ha «puesto en cuestión el poder; cómo lo ejercen siempre los mismos, y cómo lo pagan siempre los mismos: los más humildes».
La guerra que enfrentó en Filipinas a una potencia en declive, España, y a una en plena expansión, los Estados Unidos de América, que tras haber despojado de sus tierras y diezmado a los habitantes originarios de Norteamerica necesitaba empezar a armar su imperio con la conquista de nuevas tierras, fue, según Gregorio Muro, «el primer genocicio», con más de un millón y medio de civiles muertos en dos años y medio. A esos dos actores hay que añadir a los propios filipinos, con un nacionalismo avivado ante la oportunidad de sacudirse de encima los restos de la antigua potencia colonial, y a los alemanes, que apoyaron a los españoles porque «Estados Unidos se les adelantó en el intento de controlar un lugar tan estratégico como Filipinas».
En el aspecto gráfico, que según Harriet «ha dado una nueva dimensión a la historia», destaca el realismo y el grado de detalle con el que Alex Macho ha traslado a los dibujos la exhaustiva documentación aportada por el guionista sobre todo en todo lo concerniente a uniformes, armas, barcos, etc., y los ambientes bien diferenciados que ha creado Garluk mediante el uso del color.
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