«Éste es un libro 'anti-Carrère' porque hay mucho que no contamos»

Lo más complicado, señala, ha sido «buscar un equilibrio entre lo que contar y lo que silenciar. Primero, porque hay cosas que no nos salían. Segundo, por respeto a la familia. Y tercero, porque hay cosas que en casa no se hablaban. Era tabú, primero porque éramos muy pequeños y después, cuando nos fuimos a Madrid, porque era un tema que no se tocaba. Cuando salían noticias relacionadas con el País Vasco, mi padre se ponía nervioso, de mal humor y nadie tocaba el tema».

Insiste en que la introducción de elementos autobiográficos «fue un efecto secundario no deseado. Yo no quería contar mi vida. Fue una exigencia de Richard» que encontró el respaldo de los editores de Libros del K.O., en concreto, de Emilio Mediavilla, «que me animó a tirar por ahí. Lo que pasa es que Emilio es muy aficionado a Emmanuel Carrère y yo lo admiro, pero me asusta. No sé si lo suyo es narcisismo o valor y a mí me faltan las dos cosas. Yo no quería hacer eso».

De hecho, continúa: «Mi miedo es que el libro haya salido un poco ñoño en el sentido de que hay cosas que no contamos. El lector va a intuir que es un 'anti-Carrère'. Hay muchos silencios que el lector debe completar. La infancia de Richard fue mucho peor de lo que contamos». En cuanto a la su propia vida, admite que «al ser un libro autobiográfico contado por una persona muy pudorosa -como se define a sí mismo-», ha omitido asuntos. «Y por respeto a mi familia. Mis hermanos le han dado el visto bueno, pero hay asuntos que se han quedado fuera».