Neneh Cherry revoluciona la playa de Jaime Stinus
El legendario guitarrista de Gros actuó anoche junto a Xavi Vidal y la artista estadounidense puso patas arriba el lluvioso arenal
Al final no se repitió el milagro de la víspera y llovió ampliamente sobre el escenario Verde, primero en forma de pertinaz sirimiri durante ... la actuación de Jaime Stinus y Xavi Vidal, y luego desde la mitad del concierto de Neneh Cherry a modo de aguacero que hizo que los paraguas afloraran como champiñones en la Zurriola. La artista estadounidense revolucionó el arenal con su versátil voz y con la música bailable creada por una banda joven y portentosa que mezcló las bases pregrabadas y las baterías electrónicas con instrumentos como el vibráfono o el arpa, dando lugar a un batiburrillo sonoro de lo más disfrutable.
En su tercera visita al Jazzaldia, Cherry se mojó en sentido estricto y figurado, ya que hacia el final de la presentación de su combativo 'Broken Politics' (2018) cantó y bailó bajo la lluvia encaramada a uno de los bafles salientes del escenario. Tras casi hora y media en la que no faltaron viejos éxitos como 'Woman' o 'Seven Seconds', el público estaba calado hasta los huesos pero tenía ganas de seguir bailando. Durante casi 10 minutos cientos de espectadores permanecieron inmóviles calándose y esperando a que la diva ofreciera un bis, pero no hubo suerte y habrá que esperar a que regrese una cuarta vez.
Un deseo antiguo
Pero antes se presentó, casi con carácter de primicia en Donostia, el dúo que acaban de formar un donostiarra y un catalán. Jaime Stinus (Donostia, 1953) ejerció de perfecto anfitrión en el barrio que le vio nacer y en su Zurriola, un lugar al que él prefiere seguir llamando la playa de Gros, aquella que también frecuentaba el pálido Poch. El legendario guitarrista actuaba en casa junto a Xavi Vidal (Sabadell, 1963), cantante que inició su carrera en los años 90 junto al grupo La Gran Aventura, históricos del rock en catalán. Además de por su indispensable aportación al sonido de bandas como Brakaman y La Orquesta Mondragón, Stinus es conocido por haber colaborado y/o producido a gentes tan diversas como Radio Futura, Los Rebeldes, Jocelyn Brown, Johnny Hallyday, Calamaro, Loquillo e incluso Azúcar Moreno, de cuyo éxito eurovisivo 'Bandido' es coautor... o culpable según se mire.
El caso es que tras décadas prestando servicios a terceros con una calidad sobresaliente, nuestro héroe local –afincado desde 1983 en Cataluña– encontró un hueco para cumplir un deseo antiguo: actuar como creador de canciones y no sólo como ese talentoso guitarrista que aparece al lado de la estrella de turno. Y ese anhelo se hizo realidad tras contactar con Vidal, a quien había producido en varias ocasiones con La Gran Aventura y en solitario. Juntos acaban de publicar 'Canvis' (2018), un disco compuesto en catalán que está a punto de conocer una versión con letras traducidas al castellano, algunas de las cuales se escucharon anoche en la playa.
Brakaman y Javi P3z
Ante un público mermadísimo por el insistente chubasco, Stinus apareció con aspecto de héroe guitarrero, con gafas de sol y vestido de negro desde el sombrero hasta las botas, pasando por el abrigo de cuero y los pantalones pitillo. Sentado en un taburete, ofreció una calmada introducción de guitarra para calentar el ambiente y permitir que fueran acercándose los espectadores. De pronto se le sumaron Vidal y el resto de la banda, completada por Miguel Mazón (batería), Jaime Burgos (teclados) y Jaume Prat (bajo), que interpretaron el medio tiempo rockero 'Ni un paso en falso'.
Los paraguas y los chubasqueros se multiplicaron en la arena mientras sonaba el contagioso riff de 'Humo y ceniza', una canción con ecos del mejor Bowie de los 70 en la que Stinus se paseó feliz por el escenario sin dejar de tocar en ningún momento y acudiendo a su puesto sólo cuando tenía que pisar algún pedal o hacer los coros. Aceleraron el ritmo en 'Cap a la felicitat' y Stinus dejó reposar su Gibson para tocar la Fender roja y marcarse los primeros solos incendiarios en 'Canvis', el estupendo tema que da título a un disco muy marcado por la idea del cambio. «¡Vamos a cambiarlo todo, hay que cambiarlo todo!», proclamó Vidal antes de dejar que el resto de músicos se explayaran y montaran la primera jam.
La niebla artificial que manaba del escenario se mezcló con la bruma real que atenuaba la luz de los cubos de Moneo al sonar, mucho más reposada, 'La força del silenci', en la que el cantante ya lucía camiseta de manga corta y el guitarrista titular, camisa blanca. Entonces, éste tomó la palabra por primera vez para anunciar su homenaje a Brakaman, la efímera banda donostiarra de glam rock que a mediados de los 70 se lo enseñó «todo». «Va por ti, Borja», dijo en recuerdo del cantante Borja Zulueta, fallecido el año pasado. Vidal dio un paso atrás y tocó la guitarra rítmica mientras Stinus ejercía de cantante en la apropiadísima 'Una suave marea', que en su progresivo tramo final sonó fierísima. Un instante para recordar.
La voz grave y profunda de Vidal volvió a escucharse en la sinuosa y épica 'L'Estranger', dedicada «a los que no están, a quienes se quedaron en el camino y a los que están presos sin ser culpables». Tras la efervescente 'Modernitat líquida', inspirada por el pensamiento del filósofo Zygmunt Bauman, los colíderes cantaron a dúo –y con algún patinazo– 'Heaven', versión de The Psychedelic Furs, grupo mítico del post-punk nacido en los 70.
Otro de los momentos para enmarcar fue la también anunciada participación en el concierto del donostiarra Javi P3z, con quien Jaime Stinus estaba deseando colaborar. La impronta del invitado se dejó notar en 'Vía láctea', a la que aportó una guitarra de bailable e infeccioso ritmo funk. El líder de Parafünk y factótum de mil y un proyectos musicales en la ciudad desapareció entre aplausos al comenzar 'Jardín japonés', que dio paso a 'Antis', quizá la pieza más divertida del disco, protagonizada por un tipo tan anti-todo que termina quedándose solo. Así, tras otra jam mayúscula concluyó una actuación que mereció menos lluvia, más público y, quizá, un escenario más modesto y acorde a un grupo que, pese a la indiscutible calidad y trayectoria de sus miembros, acaba de iniciar su andadura.
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