El esplendor de Cécile McLorin en la hierba

Fue una especie de adelanto del Jazzaldia. El festival comienza oficialmente el miércoles su 56 edición, pero programó el domingo una 'previa' gracias al interés de Chillida Leku y a la complicidad de la cantante, hija de haitiano y francesa, que ya está en Donostia para participar precisamente el miércoles en el primer concierto de la Plaza de la Trinidad. El esfuerzo mereció la pena.

Más de 750 espectadores, que a punto estuvieron de colgar el 'no hay billetes' porque el aforo oficial estaba limitado a 800 personas, asistieron al concierto, con el escenario habilitado en el mismo punto donde tuvo lugar hace quince días el recital de The Jayhawks, es decir, en la vaguada que queda a la izquierda de la entrada del museo, próxima al bar. Precisamente los más afortunados que habían adquirido la opción de entrada más cena se quedaron en las mesas de Lurra, restaurante del museo, para prolongar la fiesta.

El resto tuvo la posibilidad de disfrutar de las bebidas y salchichas de los puestos instalados en las campas. La organización dispuso un servicio especial de aparcamiento en Galarreta unido por autobuses lanzadera hasta el museo. Se instalaron hamacas de colores para los espectadores, otros llevaron sus propias sillas plegables desde casa y quienes deseaban sentarse directamente sobre la hierba podían hacerlo en la zona más próximas al escenario. Quienes preferían seguir la actuación de pie se colocaban al fondo, y había público 'disfrutón' que veía el concierto desde puntos más alejados, disfrutando de las esculturas o puntos más relajados del espacio creado por Eduardo Chillida. El personal de seguridad recordaba la necesidad de mantener la mascarilla cuando se estaba junto a otros espectadores.

Todo fue tan tranquilo como una tarde de domingo: McLorin Salvant y su pianista interpretaron con suavidad algunas de las canciones de su último disco, 'The Window', con algunos clásicos del repertorio jazzístico, y el público disfrutó durante la casi hora y media de actuación. Había aire relajado: la organización del festival y los artistas autorizaron a los fotógrafos a subir al escenario para recoger la actuación con el fondo del público y de las esculturas. Y junto a estas líneas está el resultado.

«La artista está encantada, el público también y el tiempo ha acompañado, así que es un estupendo presagio para el festival», decía un satisfecho Miguel Martín, director del festival, a pie de escenario. Chillida Leku acogerá el sábado una segunda actuación, a las 19.00, de la mano de Marc Ribot. Será una nueva oportunidad para disfrutar de un escenario único. «Decimos que la Plaza de la Trinidad es el mejor 'teatro' del mundo pero este tampoco se queda atrás», decía un veterano aficionado tumbado en una hamaca y con la cerveza en la mano.

Tras el adelanto del domingo el Jazzaldia ultima estos días el montaje de todas sus instalaciones para empezar ya a pleno rendimiento el miércoles. Ese día comienzan los conciertos en la Plaza de la Trinidad (programa doble con Dave Douglas y Franco D'Andrea Quartet más Cécile McLorin Salvant), auditorio Kursaal (con José James), Victoria Eugenia (con los catalanes de La Locomotra Negra, que recibirán en escena uno de los premios Donostiako Jazzaldia de este año) y San Telmo, donde actúa el italiano Franco D' Andrea.