Iker Arrue y Lide Arana, premios Mes de la Danza
El bailarín donostiarra y quien fuera coordinadora de Maiatza Dantzan reciben el galardón como reconocimiento a su trayectoria
La trayectoria y el compromiso social del polifacético Iker Arrue (Donostia, 1977) le han aupado al Premio de la Danza como reconocimiento a su trayectoria, galardón que también recibirá Lide Arana (Madrid, 1959), responsable del área de Fomento y Difusión Cultural en la Diputación Foral de Gipuzkoa y quien fuera coordinadora de Maiatza Dantzan.
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Iker Arrue, coreógrafo
«No me vi capacitado para la coreografía ni para la docencia y lo asumí como un reto»
Un ensayo del bailarín Urtzi Aranburu y el diagnóstico de Alzheimer de su padre son los dos hechos vitales que impulsaron a Iker Arrue (Donostia, 1977) primero a dedicarse profesionalmente a la danza y después a reorientar su carrera de coreógrafo y docente. Afincado en Colonia, Arrue recibe mañana en el Salón de Plenos del consistorio donostiarra el Premio de la Danza 2022. «Siento que es como cerrar un círculo: están la familia, las personas que impulsaron mi formación en la Academia Anaiak y las entidades públicas de Gipuzkoa. Me resulta muy emocionante que también se premie a Lide Arana de la Diputación, ya que esa institución me ayudó a poner en pie 'Invisible Beauty'», reconoce.
Hace unos meses falleció su progenitor después de quince años peleando contra el Alzheimer. «Recién diagnosticado el aita, acudimos a la asociación Afagi y así se me ocurrió que los ejercicios y las pautas de la danza podían ayudar a estimular las capacidades físicas, musicales y emocionales de las personas afectadas», explica. Nacía el proyecto socio-cultural 'Invisible Beauty', título escogido «porque hay cierta belleza en cómo las familias terminan lidiando con la enfermedad. A mí me trajo cierta cercanía con el aita».
Dio sus primeros pasos de danza tradicional en la ikastola Zurriola, continuó en el grupo Alkartasuna de Pasai Antxo y formó parte de los inicios de Aukeran. De la mano de Olga del Barrio, el clásico se cruzó en su camino y eso unido al impacto de ver el ensayo de Aranburu, orientó su formación y trayectoria como intérprete y coreógrafo en el extranjero. En 2009, fundó la compañía Ai Do Project. «Nunca me vi capacitado para la coreografía ni para la docencia y decidí asumir como un reto los aspectos de mi personalidad que sentía como una carencia. Afortunadamente en Euskadi y en Gipuzkoa contamos con instituciones que apoyan los procesos creativos, cosa que permitió meterme en el estudio, experimentar y hacer frente a los miedos. Luego un reto llevo a otro», finaliza.
Lide Arana, coordinadora de Maiatza Dantzan
«Mi trabajo ha sido servir de puente entre el ciudadano y la administración»
La discreción es la seña de identidad de Lide Arana (Madrid, 1959), responsable del área de Fomento y Difusión Cultural en la Diputación Foral de Gipuzkoa. Próxima a su jubilación, Arana recibe el reconocimiento de los profesionales guipuzcoanos de la danza, mientras habla con orgullo del programa de becas, del desaparecido festival Maiatza Dantzan y de Dantzagunea, puestos en pie en sus casi cuatro décadas al servicio de los ciudadanos del territorio.
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– Le han concedido el premio por su labor a favor de la danza y por su ayuda a la Asociación.
– No soy una experta en danza, sólo soy una técnica de cultura polivalente. Mi trabajo ha sido facilitar a los agentes culturales el acceso a la administración y me alegro de que se hayan sentido acompañados en su trato con la Diputación. El trabajo de los técnicos es servir de puente entre la administración y los agentes culturales o los ciudadanos.
«Creo que es una tragedia para la danza en Gipuzkoa que no haya un conservatorio de nivel medio»
– Uno de los pilares importantes del departamento es la concesión de becas de formación.
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– La política de becas ha sido muy importante. Siempre me ha sorprendido la ilusión de los jóvenes que se marchan a estudiar fuera y el miedo de sus padres. Antes había un conservatorio en Donostia y creo que es una tragedia para la danza en Gipuzkoa que no haya un conservatorio de grado medio. En este tema, hemos perdido un tren.
– Como coordinadora de Maiatza Dantzan, ¿por qué desapareció el festival?
– Maiatza Dantzan terminó porque finalizó un ciclo y había varios cambios: se inauguraba el Kursaal y no podíamos dar el salto ahí por presupuesto. Luego había voces que pedían que hubiera una programación de danza todo el año. Desde la creación de Donostia Kultura, ¿quiénes éramos nosotros para programar en un teatro municipal?
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«Terminó porque finalizó un ciclo y venían cambios como el Kursaal, a donde no podíamos ir por presupuesto»
– Y llegó Dantzagunea.
El Plan Vasco de la Cultura detectó la necesidad de crear casas de la danza en cada territorio. Nosotros ya teníamos el germen en Arteleku. Hubo que darle un nombre y dotarle de recursos y así surgió Dantzagunea, ahora ubicado en Errenteria.
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