Arte feminista para reflexionar sobre la persecución de las brujas

Era cuestión de tiempo que fijaran la mirada en las connotaciones despectivas del término 'bruja', que en determinados momentos de la historia condujeron a auténticas masacres y que todavía colea, de manera velada o evidente, en el imaginario colectivo y en muchas actitudes hacia las mujeres.

Así, hace dos años EmPoderArte, que persigue «visibilizar el trabajo de las mujeres artistas» y abordar temas relacionados con la mujer desde una perspectiva artística feminista, puso en marcha un proyecto que se ha convertido en la exposición '¡Brujas!-Sorginak!', que se inauguró ayer en el Centro Cultural Okendo de San Sebastián, donde puede visitarse hasta el 17 de abril. La exposición, que se puede ver de lunes a viernes de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 20.30, y los sábados de 10.00 a 14.00 y de 16.30 a 20.00 (los domingos y festivos el centro ubicado en la Avenida de Navarra del barrio donostiarra de Gros está cerrado) está acompañada de diversas actividades paralelas como meses redondas y visitas guiadas.

La exposición ha sido presentada esta mañana por dos de sus comisarias, Pepa Santamaría y Sara Beiztegi (la tercera es Estefanía Ocampos), así como por Miren Atxaga, que es una de las seis artistas locales que han incorporado su obra a una muestra que cuenta en total con 44 propuestas procedentes de otras tantas mujeres, 36 de las cuales forman parte de la asociación.

Aunque las participantes han tenido total libertad a la hora de elegir los formatos, los lenguajes y las aproximaciones al tema, la exposición parte de una visión muy concreta y compartida de las razones por las cuales entre los siglos XV y XVI se produjo en Europa una 'caza de brujas' cuyas víctimas cifran en 250.000 y cosideran un «genocidio perpetrado contra miles de mujeres». Una persecución que llegó hasta Euskal Herria y que, aunque hayan cambiado las formas y los contextos, en esencia no puede darse por erradicada en nuestros días.

Para «denunciar y reflexionar a través de sus obras sobre la persecución, la tortura y la muerte de miles de mujeres», las artistas partieron de las premisas que establece Silvia Federicci (Parma, 1942), en 'Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación primitiva'. En ese libro, que se publicó en 2004, la profesora y activista feminista italiana relaciona la persecución de las mujeres a las que demonizaron con el apelativo de 'brujas' con la implantación del sistema capitalista-patriarcal, en cuyos parámetros de control de la sociedad y la producción no encajaban ni la vida ni los valores de aquellas mujeres.

Ese libro, que leyeron o releyeron todas las artistas implicadas en el proyecto, estableció el «marco conceptual» de la exposición. A partir de ahí las artistas empezaron a crear sus obras que salvo «dos o tres» se han concebido y ejecutado ex profeso para esta ocasión. El proceso se ha alargado durante dos años, en el curso de los cuales las participantes han plasmado su visión del tema en soportes y formatos diferentes, de manera que la exposición es, desde ese punto de vista, muy variada, ya que incluye cuadros pintados utilizando diferentes técnicas, esculturas, fotografías, trabajos audiovisuales, instalaciones....