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Un coleccionista de Valencia encarga la limpieza de una copia de la Inmaculada de Murillo y se la devuelven desfigurada «a lo Ecce Homo de Borja»

El hombre encargó por unos 1.200 euros a un restaurador de muebles y otras piezas como espejos la limpieza de una copia de una de las famosas Inmaculadas de Murillo. Restauradores alertan de «cambios irreversibles» en patrimonio por actuaciones «desastrosas» y no profesionales

europa press

Lunes, 22 de junio 2020

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La fallida restauración del Ecce Homo de Borja a cargo de Cecilia Giménez dio la vuelta al mundo en el año 2012. Pero no se trata de un caso único, ya que este tipo de intervenciones inadecuadas sobre el patrimonio artístico son más frecuentes de lo que parece y provocan «cambios irreversibles» en algunas obras.

Un ejemplo lo acaba de padecer un coleccionista particular de València, quien encargó por unos 1.200 euros a un restaurador de muebles y otras piezas como espejos la limpieza de una copia de una de las famosas Inmaculadas de Murillo. Su sorpresa fue mayúscula cuando, al devolverle la pieza, vio que el rostro estaba completamente desfigurado y que, además, guardaba un inquietante parecido con el inclasificable Ecce Homo de Borja.

Al pedirle explicaciones al autor de la 'restauración', este intentó 'solucionar' el problema, pero el resultado del trabajo ha sido una imagen que nada tiene que ver con la original. Ahora, el coleccionista se ha puesto en contacto con otro especialista, este sí formado para esta labor, que intentará rehabilitar la obra, relata el propietario en declaraciones a Europa Press.

La vicepresidenta de Relaciones Internas y coordinadora de la Asociación Profesional de Conservadores Restauradores de España (ACRE), María Borja, explica que aberraciones como esta son «desgraciadamente mucho más frecuentes de lo que se piensa». «Solo conocemos los casos que la sociedad denuncia a través de prensa o redes sociales, pero hay multitud de situaciones donde las obras son intervenidas por personas que no tienen formación. Las obras sufren este tipo de intervenciones no-profesionales, pudiendo, provocar un cambio irreversible», asevera.

En la fotografía superior: Imagen de la copia de una de las famosas Inmaculadas de Murillo del coleccionista valenciano antes de la intervención (i), y el resultado tras las intervenciones inadecuadas por parte de un restaurador de muebles (d). EFE
Imagen principal - En la fotografía superior: Imagen de la copia de una de las famosas Inmaculadas de Murillo del coleccionista valenciano antes de la intervención (i), y el resultado tras las intervenciones inadecuadas por parte de un restaurador de muebles (d).
Imagen secundaria 1 - En la fotografía superior: Imagen de la copia de una de las famosas Inmaculadas de Murillo del coleccionista valenciano antes de la intervención (i), y el resultado tras las intervenciones inadecuadas por parte de un restaurador de muebles (d).
Imagen secundaria 2 - En la fotografía superior: Imagen de la copia de una de las famosas Inmaculadas de Murillo del coleccionista valenciano antes de la intervención (i), y el resultado tras las intervenciones inadecuadas por parte de un restaurador de muebles (d).

Sobre si son necesarios cambios normativos para evitar este intrusismo laboral, esta portavoz señala que la profesión del conservador restaurador no está regulada, por eso este es uno de los objetivos fundamentales de ACRE.

Desde la asociación hacen notar que hay muchos profesionales con una formación en conservación-restauración en centros oficiales, con titulaciones superiores, con un código deontológico a nivel europeo.«Es importante contar con profesionales, porque las piezas han de estudiarse de forma individual, son piezas únicas, con un valor histórico, cultural y emocional, los materiales han de ser reversibles y debe haber una labor didáctica para con los propietarios de los bienes, por supuesto, una garantía de un trabajo bien realizado, con rigor y ética profesional», declara.

Entre los casos de este grupo de 'restauraciones de los horrores', cita los casos de «las Figuras de Rañadoiro, en Asturias; el San Jorge de Estella, Navarra, que llegó a los tribunales, o La Dolorosa de Arucas, en Las Palmas de Gran Canaria».

A estos es posible añadir muchos ejemplos de agresiones a patrimonio inmueble, donde no se ha contado con un profesional de conservación restauración: «limpiezas en fachadas históricas demasiado abrasivas, adaptaciones en ermitas protegidas para utilizar como aparcamiento, desaparición de elementos ornamentales originales...», enumera. «Pero lo más importante es que este tipo de intervenciones se suceden todos los días y no llegan a prensa, los profesionales que nos dedicamos a la conservación-restauración, en nuestros talleres o a pie de andamio, observamos muchas más de las que nos gustaría», concluye.

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