Marina Palacio Burgueño, con su primo Miguel y su padre 'Kechus'.  
Premio al mejor corto del Festival de Málaga

«A veces una locura se puede convertir en una buena idea»

Marina Palacio Burgueño ·

La donostiarra ha tomado parte en el certamen con su primer trabajo 'Ya no duermo', una historia de vampiros muy familiar

Domingo, 13 de junio 2021

La donostiarra Marina Palacio Burgueño (1996) cree que hay muchos caminos para llegar a un objetivo, pero con su primer cortometraje, 'Ya no duermo', ha tomado el más recto. Realizado durante el último curso en la Escuela de Cine Elías Querejeta, pertenece a la primera promoción, pasó a formar parte del catálogo Kimuak en 2020, se estrenó en Zabaltegi -Tabakalera del pasado Zinemaldia y tras ir a varios festivales, se ha impuesto en el de Málaga. Todo en menos de un año.

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– ¿Cómo lo está viviendo? ¿Tenía alguna esperanza?

– Sinceramente ha sido una sorpresa total, total. Estar seleccionada ya era un premio y esto es un plus. Estoy muy contenta con la aceptación que está teniendo.

– ¿Qué argumento ha dado el jurado para premiarle?

– En la gala, antes de entregar cada premio decían unas palabras sobre el trabajo y en mi caso creo que se mencionó algo así como una mirada muy personal sobre el mundo vampírico... No sé, por los nervios no me acuerdo. Después, el miembro del jurado Gerard Casau en su Twitter ha comentado «qué orgullo premiar cortos tan hermosos, empezando por esa insólita visión del vampirismo que es 'Ya no duermo'.

– Los planos parecen cuadros. ¿Haberse formado en Bellas Artes influye en su cine?

– Tener estudios que no tienen que ver con la cinematografía te permiten acercarte a otros mundos. No es algo que tenga presente, pero sí es cierto que a la hora de filmar doy mucha importancia a la imagen. Intento buscar en la realidad que me rodea un orden, un encuadre, una composición que sea fuera de lo común. Lo que más primo a la hora de poner la cámara es la composición.

– Su primo es, junto a su propio padre 'Kechus', uno de los protagonistas y también aparecen unos perros. ¿En la escuela no le han dicho que no hay que rodar con niños y con animales?

– Eso me dijo mi padre nada más empezar a trabajar en el corto. Hay tantas sentencias que se dicen... yo hago lo que siento y me apetece. No ha sido tan difícil porque Miguel es mi primo.

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– ¿Y cómo se dirige a un padre?

– Eso sí ha sido bastante difícil. Muy bonito, volvería a repetirlo, pero necesitas que te sigan tus órdenes al momento y mi padre actuaba más que como actor como padre. Me cuestionaba y me preguntaba si estaba segura. Discutíamos mucho. Verlo en la gala fue muy emocionante e incluso gracioso. Me venían a la cabeza los momentos en los que estábamos en casa en el pueblo de mi madre, Carril de los Condes en Palencia, y después de comer decíamos: 'Venga, vamos a echar un plano'. De ahí a pasar a Málaga... Te preguntas en qué momento esto ha dado la vuelta. El rodaje fue con un equipo muy reducido. Yo con la cámara, mi padre y mi primo como actores y a veces mi tío sujetando el micrófono. Pero estoy contenta porque desde el principio 'Ya no duermo' me está dando muchas satisfacciones. He dirigido lo que me ha parecido y ahora se ve que una locura a veces puede ser una buena idea. He elegido hacer cine con mi familia y lo voy a seguir haciendo.

– ¿El premio puede significar también la puesta en valor de proyectos como Kimuak o la Escuela de Cine Elías Querejeta?

– Kimuak ya tiene una larga trayectoria y su valor está más que demostrado. La escuela acaba de surgir y es una manera de hacer ver que merece la pena apoyar proyectos que nos permiten ser creativos. Yo, de la escuela he salido contentísima y con este reconocimiento se cierra el círculo de una manera perfecta.

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