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'Star Wars, el ascenso de Skywalker', un final para agitar las emociones de los fans
El último capítulo de 'Star Wars' no se sitúa entre los mejores, pero reúne las grandes señas de identidad de la saga. Las ovaciones, risas y suspiros se sucedieron en la platea del Victoria Eugenia durante el preestreno de 'Star Wars, el ascenso de Skywalker'
Los niños y chavales disfrutaron al máximo del encuentro en la calle con los personajes, los saludos y las fotografías, a las puertas de un ... teatro Victoria Eugenia rodeado de cientos de personas expectantes. Pero en el interior, los invitados al preestreno de 'Star Wars: el ascenso de Skywalker' aplaudieron, se emocionaron y rieron con la última aventura de la saga galáctica, diseñada minuciosamente para buscar ese efecto sorpresa a cada rato, y la complicidad de varias generaciones que han crecido o se han ido sumando a la legión de seguidores de 'La guerra de las galaxias'.
Muchos se mostraban emocionados con el acto en sí, con los 42 años que han transcurrido desde el estreno de la saga durante el Festival de Cine de San Sebastián de 1977 («yo la vi en el Astoria cuando se estrenó», comentábamos los cincuentones), y con el atractivo montaje de esta celebración sin actores de Hollywood pero que deparó diversión y emoción a gentes de toda edad.
A la salida, el debate era encendido entre los espectadores sobre los resultados de la película. Pero había unanimidad en lo lucida que estuvo la celebración, con un Victoria Eugenia colorista e imponente con el photocall de los personajes a la vista de todo la gente que quiso interactuar con ellos, con la entrada en forma de compuerta de nave espacial, y el hall engalanado con grandes fotos de la visita de Harrison Ford y Carrie Fisher al propio teatro en 1977, más dos sets para ejercer de protagonistas de la saga: unos asientos para pilotar una de las naves espaciales y un escenario con dos espadas láser para posar en pelea. No pocos de los invitados se apuntaron al juego, entre ellos dos de los directores de 'La trinchera infinita', Aitor Arregi y Jon Garaño, con el ilustrador Mikel Casal.
Desconexión del exterior
Entrar en el patio de butacas era desconectar del exterior, literalmente: además del registro de bolsos, había que guardar el móvil silenciado en el interior de una bolsa plateada que quedaba sellada hasta el final de la proyección. Antes de empezar, una advertencia prohibía cualquier tipo de grabación, y rogaba que no se desvele ningún detalle de la película.
En el anfiteatro se habían concentrado los fans de las asociaciones oficiales y, un momento antes de que se encendiera el proyector, iluminaron sus espadas láser.
Luego también se hicieron notar, cuando era debido. De allí surgían las mayores reacciones a los momentos cumbre de 'Star Wars, el ascenso de Skywalker', que depara indudables emociones para cualquiera que tenga un mínimo afecto por la saga, pero no se posiciona como uno de sus mejores capítulos, ni es un colofón en el máximo esplendor cinematográfico. Algunos vaivenes que se han producido en la última trilogía, que ha acabado retomando J. J. Abrams, quien reactivó la serie con el séptimo capítulo pero dejó en manos de Rian Johnson el octavo, han acabado produciendo desiguales y hasta contradictorios resultados. Y han posicionado a los seguidores básicamente en dos bandos. De 'El despertar de la fuerza' era muy encomiable la estupenda narración y el poderío visual con nuevos protagonistas, además de algunos acontecimientos memorables, pero es cierto que calcaba demasiado la estructura de la primera película, 'La guerra de las galaxias' original, ahora rebautizada como 'Una nueva esperanza'.
El capítulo octavo, 'Los últimos Jedi', volaba por su cuenta para bien, buscando nuevos caminos y lograba personalidad propia, tanto que algunos protestaron porque no tenía suficiente identidad 'Star Wars'. 'El ascenso de Skywalker' se queda a medio camino, al perseguir sobre todo la foto de familia final. Le falta personalidad propia, y escenas verdaderamente memorables a 'El ascenso de Skywalker', que sin embargo ratifica que la fuerza está con Rey, y con la actriz Daisy Ridley, que vuelve a hacer un excelente trabajo y se ha convertido ya en la identidad de la saga para la nueva generación. Lo mismo se puede decir del atormentado y ambiguo Kylo Ren, con ese Adam Driver que ya es uno de los actores más versátiles y magnéticos de esta época.
La primera parte es bastante errática y deshilachada, saltando de un escenario a otro atropelladamente. El conflicto tarda en coger forma, basado en la búsqueda del planeta Exegol para reafirmar el regreso del villano máximo, el emperador Palpatine (Ian McDiarmid), y con base en los elementos que han fundamentado la saga: el poder de la amistad y el compañerismo, los giros melodramáticos de padres e hijos (hay novedades, claro), la lucha del bien y del mal que no siempre son lo que parecen, el humor de C3PO (que tiene unas cuantas réplicas brillantes) y, especialmente en esta ocasión, las 'apariciones' bien dosificadas de algunos de los auténticos emblemas de la serie, incluida Leia, con una Carrie Fisher que no ha sido recreada por ordenador, sino 'recuperada' de filmaciones descartadas de las anteriores películas y tiene una presencia notable. Y no solo los personajes, también hay emotivas reapariciones de naves y complementos, y el escenario más poderoso de este filme está hecho de los restos de uno de los elementos más emblemáticos de la saga.
La primera gran ovación en la platea del Victoria Eugenia fue para la reaparicion del simpático y muy querido Lando Calrissian (Billy Dee Williams), pero hubo bastantes más, no diremos con qué protagonistas. También risas (¿cómplices o burlonas?) ante algunos acontecimientos. Todo el último tramo, con los duelos y batallas esperados, crece notablemente en vigor y vistosidad, y aunque el guion fuerce algunas tuercas, todo queda justificado por la pervivencia de las emociones galácticas. Con sonrisas y lágrimas.
Una ocupación de un tercio de las pantallas españolas
Como era de esperar, y como ha ocurrido durante estas fechas con los capítulos anteriores de la saga, 'Star Wars, el ascenso de Skywalker' es el gran estreno de la semana, y de la temporada, y ocupa buena parte de la cartelera. Aproximadamente un tercio de las pantallas españolas ofrece el capítulo final de la saga, con un total de 1.270 pantallas, de las 3.518 que están en funcionamiento. Y 430 cines ofrecen la película en una o varias de sus salas y en múltiples sesiones, lo que supone un 60% aproximadamente de los complejos cinematográficos existentes. Las entradas para los primeros días hace semanas que están a la venta. Muchas sesiones ya están llenas y este primer fin de semana se esperan altas recaudaciones.
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