Crítica de 'El diablo dijo no': ¿Abajo o arriba?
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Dirección: Ernst Lubitsch.
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Guion: Samson Raphaelson, sobre una obra teatral de Leslie Bush-Fekete.
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Intérpretes: Gene Tierney, Don Ameche, Charles Coburn.
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Fotografía: Edward Cronjager.
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Música: Alfred Newman.
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EE. UU. 1943
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Cine: Trueba (sesión cine-club Kresala).
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Duración: 112 m.
Técnicamente, no es la última película de Ernst Lubitsch, que aún firmó 'El pecado de Cluny Brown' y empezó el rodaje de 'La dama de ... armiño', que hubo de terminar Otto Preminger tras su fallecimiento en noviembre de 1947.
Pero 'El diablo dijo no', la película que nos propone hoy el cine-club Kresala, tiene cierto aroma de despedida. Esconde un punto de melancolía inhabitual en Lubitsch, y toda la película traza una mirada hacia el paso del tiempo, hacia las distintas edades y ritmos que atravesamos durante nuestra vida, acaso solo posible desde la madurez.
Es probable que la hayan visto alguna vez (quizás hace mucho en un televisor en blanco y negro, cuando está rodada en primorosos colores). Henry Van Cleve (Don Ameche) fallece a los 70 años y, tras una vida de disipación, ni se le ocurre subir al cielo sino que desciende las escaleras del infierno, donde un señor trajeado le hará contar su vida para valorar dónde debe pasar la eternidad. La respuesta la da por adelantado el título de la película en castellano (el original inglés, 'Heaven Can Wait', 'El cielo puede esperar', es más ambiguo).
Más que una línea narrativa continuada, 'El diablo dijo no' es un puzle de diversas escenas en distintos momentos entre la infancia y la vejez de un personaje consentido y, durante la mayor parte de su vida, mujeriego y vividor... o lo que en los años 40 se consideraba mujeriego y vividor. Su mirada hacia las féminas es, desde luego, viejuna, pero tiene encanto. Igual que el que desprende el conjunto de la ligera película, más que por Don Ameche por la siempre luminosa Gene Tierney y por un conjunto de personajes secundarios (los padres y el abuelo de él, los tensos padres de ella), provistos de diálogos memorables.
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