Crítica de cine, 'Araña': la justicia por su mano

Así que el director chileno establece dos tiempos que se van alternando continuamente, de manera bastante ordenada y clara, para definir los 'pecados de juventud' de quienes en la actualidad tratan de pasar por respetables y emprendedores ciudadanos democráticos. Sea porque una parte del argumento se ambienta en los años 70, o porque Wood tiene querencia por el género, 'Araña' recuerda al cine político de aquella época, sin buscar mayores modernidades de estilo.

Pero si lo más interesante de 'Araña' está en esa descripción del ímpetu de la pasión política juvenil, aunque sea irracional, injusta y equivocada, la parte melodramática flaquea. Por exagerada, entre otras cosas. María Valverde es lo mejor de una función en que los tres personajes principales se desdoblan en dos intérpretes: su parte del personaje es fuerte, alocada, retadora, y la actriz madrileña da el pego con el acento, al menos desde aquí. La réplica adulta de Mercedes Morán, más artificiosa porque el personaje lo requiere, también funciona. Pero hay impulsos, decisiones y giros en el triángulo amoroso que chirrían, y no solo la escena en la escalera. Aún así prevalece el interés de la historia colectiva sobre la íntima, el ritmo siempre intrigante de thriller sin agobios y la conexión con una actualidad que, como poco, impone respeto.