Crítica de cine: 'Jojo Rabbit'
Desventuras de un mininazi ·
Es inevitable pensar en Wes Anderson en la primera parte de esta 'Jojo Rabbit' que comienza como parodia de profundo sarcasmo y luego toma derroteros ... más inciertos. No solo acude a la memoria una evocación del campamento infantil-juvenil encantador de la estupenda 'Moonrise Kingdom', también hay rasgos del montaje travieso y el festín de colores propio de Anderson en esta fábula disparatada emprendida por Taika Waititi para poner en solfa el nazismo, con Hitler como querido amigo invisible de un retoño de diez años que sueña con ser un mininazi como otros anhelan surcar los mares como un pirata. Todo servido en base a una novela de Christine Leunens.
'Jojo Rabbit'
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Puntuación: Tres sobre cinco (3/5)
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Dirección: Taika Waititi.
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Intérpretes: Roman Griffin Davis, Scarlett Johansson, Thomasin McKenzie, Taika Waititi.
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Guion: Taika Waititi, basado en la novela de Christine Leunens.
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Fotografía: Mihai Malaimare Jr.
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Música: Michael Giacchino.
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Nacionalidad EE UU, 2019.
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Título original: Jojo Rabbitt.
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Duración: 108 minutos
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Cinesl: Antiguo Berri, Príncipe, Urbil.
En esa primera parte Waititi trata de combinar ese ambiente encantador y casi pop de Anderson con una sátira bien punzante y disparatada, de las que le hacen a uno sentirse un poco incómodo por estar riéndose con personajes y situaciones (las juventudes hitlerianas, la instrucción militar nazi, ese niño tan majo que no ceja en su empeño ni por su madre) de consecuencias reales tan terribles. Pero como Waititi se abraza más a las demoledoras parodias de Chaplin y Lubitsch, que a las emociones bellas de Benigni, va bien la cosa, aunque algunos acontecimientos realmente serios quedan un poco blanqueados.
Waititi, que encarna además a un Hitler fantasmal y chirene, no siempre encuentra el tono, y a medida que introduce situaciones más sentimentales pierde un poco de fuerza en su mirada al nazismo desde el punto de la desprejuiciada y fascinada infancia. Jojo, el «conejito miedoso», descubre que tiene al enemigo en casa, y que ese enemigo puede ser adorable. Sin caer en la lección moral evidente, 'Jojo Rabbit' recupera un lugar sólido y convincente en el último tercio, cuando se refuerzan secundarios muy divertidos y carismáticos (el nazi disparatado de Sam Rockwell, el tronchante niño aguerrido de Archie Yetts) y se confirma que «no es buen momento para ser un nazi», casi un homenaje a 'Aterriza como puedas'.
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