'Judy'
-
Puntuación: 2/5
-
Dirección: Rupert Goold
-
Intérpretes: Renée Zellweger, Jessie Buckley, Rufus Sewell, Finn Wittrock, Michael Gambon
-
Guion: Tom Edge, basado en la obra de Peter Quilter
-
Fotografía: Ole Bratt Birkeland
-
Música: Gabriel Yared
-
Nacionalidad: Reino Unido, 2019
-
Título original: 'Judy'
-
Duración: 118 minutos
-
Cines: Príncipe, Urbil, Niessen, Mendibil
Hace falta atrevimiento, y tener las cosas claras, para acometer una biografía de un personaje tan especial como Judy Garland. Su gestualidad, su actitud y ... su azarosa vida, su declive en lo que fue un ocaso prematuro (murió con 47 años, parecía que había recorrido muchos más) son tan características como difíciles de reproducir, a nada que se busque un poco de profundidad. Esta 'Judy' se queda en la superficie, y en la indecisión: ni es biografía completa, ni indaga con fundamento en las claves del mito.
'Judy' opta por el atractivo de la decadencia. Basada en una obra de teatro, cosa que se acaba notando demasiado en su estructura un poco impostada y en su puesta en imágenes más de escenario que de cine, se centra en principio en el periodo final de la vida de Judy Garland, cuando no era capaz de llevar las riendas de sus vida ni mantener a su lado a los dos hijos de su tercer matrimonio, y en los hoteles ya no le fiaban. Así la presenta esta biografía que solo salta de vez en cuando a otra época de su vida, la filmación de 'El mago de Oz' (como si no hubiera hecho más películas), con el único propósito de insistir una y otra vez en cómo fue manipulada de niña por Louis B. Mayer en unas escenas que parecen salidas de una pesadilla infantil, y cómo ya entonces le empujaron a la adicción a las pastillas. Todo cierto, pero aquí reiterado sin más función que remarcar el perfil de pastillera descontrolada. También sale un Mickey Rooney desdibujado.
El trabajo de Renée Zellweger es indudablemente esforzado, pero por un lado se basa demasiado en la gestualidad excesiva de la propia Garland, y por otro la actriz no logra mantener a raya sus propios mohínes. Queda una extraña, artificial fusión de Judy-Bridget, de Garland-Jones. Es una meritoria imitación, pero no una verdadera encarnación. 'Judy' se queda en llevadero y melancólica evocación de los sinsabores del 'show business', pero quien no la conozca de antemano no hallará la verdadera razón del mito, de la cantante y actriz irrepetible, quizás irreproducible, que fue Judy Garland.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión