Crítica de 'Mary Superchef': La abuela está muy enferma

Detrás del título equívoco de 'Mary Superchef' se esconde una película familiar que se asoma con sensibilidad a cómo afrontar la muerte de un ser querido. Después de unos cuantos vaivenes emocionales, rabias y tristezas, ese fallecimiento llegará finalmente con mucha calma y mucho amor. Desde su humildad, la película es también un bonito retrato de las relaciones intergeneracionales, que reúne a cuatro generaciones de mujeres: la hija, la madre, la abuela y (en modo fantasma) la bisabuela.

El napolitano Enzo D'Alò, autor de varias cintas animadas que han tenido una distribución limitada, entre las que destaca 'Historia de una gaviota (y del gato que le enseñó a volar)', leyó el cuento 'Como un galgo' del irlandés Roddy Doyle (por cierto, autor de la novela en la que se basaba 'The Commitments') y no paró hasta conseguir productores de seis países para llevarlo a las pantallas.

Su animación es bastante, quizás demasiado, sencilla y usada, como vimos en 'Ratatouille', manchas de colores para expresar sabores intensos. Pero resulta suficiente y funciona en las escenas de sueños y recuerdos (con técnica de boceto febril). Los personajes se hacen cercanos, la película transcurre sin sobresaltos y con bastante autenticidad, mientras nos recuerdan que «morirse no es malo, ¿sabes?, siempre y cuando sea el momento»...