El deseo, algo tan poderoso que convierte en oro hasta al oso berlinés

El oro se lo llevó 'Drommer' del autor noruego Drag Johan Haugerud. Potente, intensa, inquietante, excitante reflexión sobre el deseo. Sobre el deseo insinuado, realizado, olvidado, inexplorado, recordado. Ese que vivifica y asombra. Ese que puede acabar siendo pura ceniza o convertirse en oro. En Oso de Oro.

En Oso de Oro de la Berlinale 75, la que atravesó aguas turbulentas, la que nadó contracorriente y quiso guardar la ropa. La de las huelgas y las manifestaciones. La que, curioso, acaba un poco antes de que empiece el carnaval.

Ganó el deseo. Insaciable. Tremendo. Ganó la defensa de los niños, de su amor y su belleza, tal como arguyó el director Ernesto Martínez Bucio, el mexicano licenciado en la EQZE de Donostia, triunfador con 'El Diablo fuma' (criatura sin parangón su protagonista, esa abuela esquizofrénica). Ganó el premio del público 'Sorda' que se estrenará pronto en nuestras salas. Y en esta Berlinale, probablemente la más política tras la celebrada después de la caída del Muro y aquella de las grandes manifestaciones en contra de la guerra de Irak, el cine sirvió para , lo dijeron losdirectores del documental 'Holding Liat' , sobre un secuestrado por Hamás el 7 de octubre, intentar entender todos los matices del caos en que vivimos.

Berlín 2025. Guerras. Atentados. Elecciones. Carnaval. Y el Cine, arma, herramienta y ojo. Deseo, también.