A la busca de los 'Médici' de Gipuzkoa

El mecenazgo cultural, sin embargo, no es una figura con mucho arraigo en la sociedad guipuzcoana ni tampoco en la española. Aunque existen honrosas excepciones, la creación artística se nutre sobre todo de los presupuestos públicos. Ha habido algunas tentativas para invertir los términos y caminar hacia un modelo inspirado en los países anglosajones, donde el respaldo del sector privado a la cultura goza de gran tradición y tiene una fuerte implantación, pero hasta ahora no han tenido demasiado éxito.

Las dos normas forales que elaboró la Diputación, la de Incentivos Fiscales a la Participación Privada en Actividades de Interés General de 1995 y la de Régimen Fiscal de las Entidades sin Fines Lucrativos y de los Incentivos Fiscales al Mecenazgo de 2004, apuntaban en esa dirección. Este último reglamento introdujo deducciones de hasta el 30% para las inversiones particulares en creación cultural. Los incentivos, sin embargo, no han dado el resultado que se esperaba y la cultura mantiene su dependencia de las arcas públicas.

La Diputación ha decidido ahora dar un paso adelante e incrementar hasta el 35% las deducciones fiscales para hacer que el dinero privado fluya hacia la actividad cultural. La forma de hacer realidad ese propósito ha sido la nueva norma foral de incentivos fiscales al mecenazgo cultural, que se redactó el pasado año. La propuesta, elaborada a dos manos por los departamentos de Cultura, dirigido por Denis Itxaso, y Hacienda y Finanzas, que es responsabilidad de Jabier Larrañaga (PNV), ha iniciado su tramitación parlamentaria.

La norma fue debatida este jueves en la Comisión de Hacienda y Finanzas de las Juntas Generales, un paso previo a su aprobación en pleno el próximo 6 de febrero. En su preámbulo se puede leer referencias a los principios que la inspiran: «Cultura y mecenazgo son dos ámbitos que se han entrelazado desde antiguo, y en la actualidad se aprecia la necesidad de intensificar dicha relación a fin de multiplicar la creación cultural. Dicha necesidad viene motivada por la imposibilidad desde el sector público de destinar los necesarios recursos públicos para tal finalidad y por considerar que el actual marco regulador es insuficiente». En la introducción también se recuerda que «conceder valor público a la actividad de mecenazgo cultural significa dignificar y enriquecer el prestigio social de los miembros de la sociedad que lo practican».

Los diputados Denis Itxaso y Jabier Larrañaga, principales promotores de la norma, la presentaron en Tabakalera. El primero recordó que la inversión en cultura será a partir de ahora la mayor de las deducciones que se pueda aplicar en el IRPF, por delante incluso de los descendientes. También precisó que los incentivos tendrán carácter retroactivo y se aplicarán a partir del pasado 1 de enero.