La batalla contra la indiferencia
ANÁLISIS ·
La Berlinale completa una competición más jugosa que las recientes. El ciclo King Vidor tuvo el relato más moderno, de 1922Hoy terminará la selección a competición de la Berlinale con uno de sus platos fuertes, 'Irradiés' de Rithy Pahn, entendiendo como tales esa colección de ... cineastas venerados fuera de los circuitos comerciales que el director artístico del festival, Carlo Chatrian, ha conseguido armar. Ayer la propuesta que trata de proponer una nueva ruta, algo arriesgada, para el festival septuagenario llegó a su punto más extremo con el filme del Tsai Ming-Liang, 'Rizi', cuyo inicio ya se venía relatando hace días en los corrillos: plano fijo de seis minutos de un hombre con un vaso de agua mientras mira por la ventana. Afuera llueve.
Ya se puede intuir que quienes confiaron desde el principio en la atrevida propuesta de Chatrian, que exportaba de alguna manera el tipo de cine con el que dio una identidad al festival de Locarno, ha funcionado. Una cosa es bastante clara: en las dos últimas ediciones la competición de la Berlinale había perdido fuelle y estaba llena de medianías. Este año también las ha habido, pero incluso marcianadas como la de Abel Ferrara, 'Siberia', que hay que ser atrevido para meter a competición algo tan abstruso, tenían el gusanillo de ver qué ha hecho un autor querido, despertaban el debate sobre si Hong Sang-soo ha hecho con 'The Woman in Red' la misma genialidad de siempre (hubo inexplicable ovación a una escena con gatito) o la misma película simpática y encantadora de siempre sin más (nos decantamos por lo segundo), confirmaban a Kelly Reichardt y a Christian Petzold como dos de los cineastas más interesantes de la actualidad con 'First Cow' y 'Undine', respectivamente, y sorprendían con una de las mejores rodajas de sarcasmo social que han cortado Benoît Delépine y Gustave Kervern, 'Effacer l'historique'. La batalla contra la indiferencia parece ganada. También es verdad que no se ha detectado un películón como el que zarandeó a última hora la edición anterior, 'Hasta siempre, hijo mío', de Wang Xiaoshuai.
Se confirma que las retrospectivas son un bien necesario. La consagrada al genial King Vidor tuvo sus sesiones habitualmente llenas. Ahí vimos la película más moderna, por feminista, del festival. Es de 1922 y se titula 'The Real Adventure'; en Francia, 'Émancipée'. No se conserva completa pero los 58 minutos rescatados asombran. Una profesora se enamora de un empresario. A los meses le dice que le quiere mucho pero no piensa ejercer de consorte toda su vida, y que se va a otra ciudad a buscarse la vida en algo que le guste, y que no piensa volver hasta que se haya realizado, él le reconozca su talento y convivan de igual a igual. Y lo cumple, vaya si lo cumple.
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