Azpeitia y Donostia, listas para recuperar sus ferias taurinas
La Comisión Taurina azpeitiarra tendrá a Morante de la Puebla y Daniel Luque, mientras que Casa Chopera ultima el cartel donostiarra
manuel harina
Sábado, 30 de abril 2022, 08:07
Han sido dos años de travesía del desierto. Dos años en los que la pandemia ha castigado al espectáculo taurino más que a otros fenómenos culturales. Pero todo tiene su principio y su final, y tanto la Comisión Taurina de Azpeitia como la empresa BMF (Casa Chopera) van moviendo ficha. Vuelve la feria de la Semana Grande entre los días 13 y 16 de agosto; serán interesantes combinaciones con toros y toreros de primer nivel, no cabe la menor duda.
En el caso de la villa del Urola, los carteles están en la calle desde hace algunas fechas: el sábado 30 de julio, con los 'Santacolomas' de Ana Romero: Sergio Serrano, Álvaro Lorenzo y Alejandro Marcos; un veterano y dos noveles que están llamando a la puerta con fuerza. El día del patrón, la siempre poderosa corrida de Murteira Grave será lidiada por Antonio Ferrera, que vuelve a Azpeitia después de diez años en sus bodas de plata de matador, acompañado del triunfador del 2019 en la 'bombonera': Juan Leal y el peruano Joaquín Galdós con mucho cartel en las plazas francesas. Para finalizar: la guinda del pastel; un encierro de 'La Palmosilla' con dos de los toreros más importantes del escalafón: Morante de la Puebla y Daniel Luque, cerrando el cartel otro joven con mucha proyección, Diego Carretero.
No quiero olvidarme de las dos citas tan tradicionales en nuestro territorio y que a buen seguro presentarán atractivas novilladas tanto en Deba como en Zestoa.
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¡A los toros!
Dos toreros para una tarde
Emilio de Justo y Álvaro de la Calle son los dos toreros y la tarde es la del domingo de Ramos en las Ventas. El nombre de Emilio de Justo, está en la mente de los aficionados, pero ¿quién es Álvaro de la Calle?
Emilio de Justo, es un torero hecho a sí mismo, a quién le ha costado mucho llegar a ser uno más dentro de ese reducido mundo de elegidos a quienes llaman figuras. Un torero valiente, dominador y artista que se había anunciado para estoquear a seis toros de diferentes ganaderías el pasado domingo de Ramos en Madrid (me resisto a llamarle encerrona, que suena a trampa, a traición). Y como es preceptivamente reglamentario se anunciaron dos sobresalientes: Álvaro de la Calle y Jeremy Banti.
Con el primer toro de 'Pallarés', Emilio estuvo en torero desde que se abrió la puerta del toril; superior con el capote y fuerte y emocionante con la franela. A recordar dos tandas de naturales en los medios y una estocada volcándose que propició la tragedia. Es que nadie debe olvidar que se trata de una fiesta de color, de música, pero también de dolor, de sangre, no hay que negarlo, ahí está y en este caso quién pasó a la enfermería fue el hombre.
Y quedaban en los chiqueros cinco toros más. Cinco toros que debía lidiar Álvaro de la Calle como primer sobresaliente. Un hombre, un torero, matador con 22 años de alternativa pero que no se anuncia en los carteles como integrante de una terna sino como sobresaliente en los 'mano a mano' o en corridas de un solo matador. Y tuvo, sin experiencia, con la primera plaza del mundo llena, que hacer frente a semejante responsabilidad.
Alguno podría pensar que como en la novela de Ángel María de Lera «los clarines del miedo», el 'Aceituno' (Álvaro de la Calle) lograría un triunfo clamoroso que le cambiaría la vida gracias al percance de el 'Filigranas' (Emilio de Justo). Pero eso pasa sólo en las novelas, y a lo que llegó Álvaro fue a dar una solitaria vuelta al ruedo en el quinto, pero demostrando una profesionalidad, un oficio, una torería digna de encomio. Nadie abandonó la plaza, se ganó el reconocimiento y el oficio de más de veinte mil espectadores.