El Ayuntamiento de Hondarribia confía en recuperar el festival de blues tras un año de «reflexión»

Desvelada ayer por EL DIARIO VASCO, la noticia cayó como un jarro de agua fría en la localidad bidasoarra. La sorpresa y el impacto originados llevaron al Ayuntamiento y a la promotora a romper su silencio a media mañana, pero lo hicieron enviando por separado sendas notas que confirmaron su desencuentro. Tal y como informó este periódico, un contencioso económico y diferencias en torno a la gestión del evento parecen ser los motivos que han precipitado la suspensión, aunque de momento ambas partes han declinado ofrecer más detalles. Lo harán, con toda probabilidad, después de las elecciones municipales del día 26, a las que el alcalde Txomin Sagarzazu (EAJ-PNV) vuelve a presentarse.

En su nota, el Ayuntamiento subraya su «implicación total» con Bluesaldia y recuerda haber sido el «patrocinador principal/mayoritario», pues «ha participado activamente en la búsqueda de otros colaboradores y ha hecho propuestas para afianzar la organización del mismo». «Pero ha llegado el momento en el que, debido a la envergadura que ha alcanzado este evento y al gran esfuerzo económico que supone para el Ayuntamiento -aporta 280.000 euros de un presupuesto cercano a los 350.000 euros-, se debe abrir un período de reflexión sobre la mejor forma en que vaya a realizarse dicha colaboración, siempre con plena y rigurosa adecuación a las exigencias de la normativa administrativa aplicable a la inversión pública necesaria para ello».

Esta idea vuelve a subrayarse casi textualmente en el siguiente párrafo del comunicado, lo cual da pistas sobre la naturaleza económica del contencioso que enfrenta al Ayuntamiento y a Blue Vision, la empresa de Carlos Malles que el año pasado sustituyó al Consistorio como organizador. En cualquier caso, el Ayuntamiento «ha decidido abrir un paréntesis de un año para analizar y poner en marcha la mejor manera de colaborar con el festival, de forma que la celebración de este evento en el año 2020 se desarrolle con el fin, cuando menos, de mantener el mismo nivel de éxito alcanzado, y a la vez, y por ello mismo, con pleno y riguroso sometimiento a la normativa administrativa».

El Ayuntamiento añadió que «durante este periodo necesario actual» no descarta «organizar eventos y conciertos para que la relación creada entre Hondarribia y el blues se mantenga viva en espera de la celebración de una nueva edición del festival».

Por su parte, la promotora Blue Vision S.L. remitió su propia nota, en la que no aportó más información que el anuncio de que «en los próximos días» difundirá «un comunicado oficial». «En él se informará de las circunstancias que han motivado la situación actual, así como del futuro que aguarda a este acontecimiento musical», prometió la empresa de Malles, que agradeció «todas las muestras de apoyo y solidaridad» recibidas «desde diversas instancias y, sobre todo, de los miles de aficionados al blues y fieles seguidores del festival».

El perfil de Facebook de Carlos Malles se llenó de mensajes de apoyo y de elogios a su labor de 13 años al frente de un festival que en sus últimas ediciones ha solido reunir a 100.000 personas en Hondarribia. Además, según los datos de un estudio de Bidasoa Activa, el impacto económico directo de la cita en el municipio era cercano a los 3 millones de euros. De ahí que la decepción fuera general en los numerosos negocios de la localidad -bares, hoteles y diversos establecimientos-, que durante cuatro días de julio recaudan una parte importante de sus ingresos de todo el año.