El Ateneo cuenta sus 150 años en una exposición

El Ateneo Guipuzcoano, la institución cultural más antigua del territorio, solo superada por la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, cumple 150 años de vida, y una muestra en la biblioteca del centro cultural Koldo Mitxelena de Donostia repasa su convulsa historia.

Los responsables del Ateneo, como recordó ayer su presidente, Ángel García Ronda, habían organizado un ambicioso programa de celebraciones, pero la pandemia ha obligado a recortarlo en buena parte. La exposición, que seguirá abierta hasta el 16 de enero, y un programa de conferencias servirán de conmemoración de una entidad con intenso pasado que también lucha por garantizar su futuro.

«El Ateneo no solo aporta una apasionante historia cultural, sino un ejemplo de trabajo por valores como la libertad o la igualdad, de plena vigencia», subraya Harkaitz Millan, diputado foral de Cultura. «Confiamos en que el Ateneo Guipuzcoano siga trabajando en la misma línea, y las instituciones debemos garantizar que pueda hacerlo en las mejores condiciones». En ese sentido García Ronda recuerda que el Ateneo disfruta hoy del pequeño local que sirve de sede en las dependencias de la Fundación Kutxa en la antigua biblioteca Doctor Camino, en la Parte Vieja, «aunque nuestras actividades se expanden a centros como el propio Koldo Mitxelena o Tabakalera».

La exposición abierta ayer está compuesta por cinco paneles con fotografías históricas acompañadas de textos explicativos que se remontan al propio origen del Ateneo, el mes de octubre de 1870, «cuando varios jóvenes de San Sebastián se congregaron en una de las oficinas del Gobierno civil de la Provincia, cedida al efecto por el oficial de la sección de fomento Manuel Trelles, animados del deseo de crear un Ateneo científico-literario y artístico que a la vez que fuera el lazo de unión y recreo de todos los elementos pudiera servir de círculo a la juventud estudiosa a fin de dedicarse a la enseñanza y la discusión de todos los problemas que se agitan en el mundo político, científico y literario», según se decía en aquel momento fundacional. Buena parte de los ateneos españoles surgieron en aquella época al calor de la revolución de 1868, conocida como la Gloriosa. «En San Sebastián, ciudad liberal, el cambio político y cultural coincide con la remoción urbanística que ha derribado sus murallas en 1863 y trabaja en ampliarse a través del ensanche de Cortázar, toda una metáfora», subrayan los responsables de la exposición.

Las sucesivas guerras dejarían su huella en el Ateneo, cuyos socios, en buena parte liberales, lucharon en parte en el bando liberal frente a los carlistas. Pero es en los años 30 cuando llega la década prodigiosa. Americo Castro, el futuro presidente de la República Niceto Alcalá Zamora, Gregorio Marañón, Walter Gropius, Clara Campoamor o María Zambrano pasaron por el Ateneo, al igual que Pío Baroja, Maurice Ravel, Alberti, Gómez de la Serna o García Lorca. El Ateneo modernizó su oferta adquiriendo un proyector de cine sonoro y amplió su biblioteca.

Tras los años de la Guerra Civil el Ateneo renace en 1944 como Circulo Cultural Guipuzcoano de la mano de Leandro Martín Santos. Dispone de la antigua sede del Club Cantábrico en Andia 13, y cuando el palacete es derribado, el Ateneo se instala en el edificio que el Gobierno central construye en Andia 13, donde dispone de salón de actos, sala de exposiciones y una planta para acoger a los socios. A partir de 1993 se traslada a su actual ubicación en la calle 31 de Agosto, donde sigue su actividad y publica la revista digital 'Trépanos', de carácter cuatrimensual.

Harkaitz Millan desveló ayer que un especialista becado por la Diputación investigará el próximo año en el archivo de la Guerra Civil en Salamanca en busca de parte de los fondos documentales del Ateneo no recuperados tras la Guerra Civil, como el listado de socios. Son parte de la historia de una entidad que quiere reforzarse en el futuro.