Alfombras de guerra para soñar la paz
Arte textil. Una exposición en el espacio Nómada muestra los tejidos realizados por mujeres refugiadas afganas en los que incluyen motivos bélicos como tanques o bombas
Muchas tejedoras afganas comenzaron a plasmar la guerra en sus trabajos textiles. Elementos como tanques, helicópteros o bombas que caen desde el cielo se mezclan con otros dibujos y formas con las que tejen sus alfombras. Sin ser conscientes de ello, han creado un arte textil que emergió tras la ocupación soviética de Afganistán en 1979 y ha continuado desarrollándose en medio de décadas de violencia, invasiones y tensiones políticas. Algunos de estos trabajos se exponen estos días en el espacio Nómada (en la calle 31 de agosto, 24), con la idea de mostrar «el poder del arte popular en tiempos de conflicto», aunque la muestra también quiere ser «un alegato urgente por la paz, más en estos tiempos», sostiene Nerea Aguirre Alzugaray, impulsora junto a Alistair Baird de este proyecto.
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Las alfombras creadas por estas mujeres, la mayoría residentes en los campos de refugiados de Pakistán, muestran distintas estampas en las que se entremezclan tanques, flores, lanzacohetes, jarrones, aviones, bordes abstractos y edificios, que a veces se muestran de forma sutil, apenas perceptibles a primera vista. «Este tipo de arte textil ha ido evolucionando. Al principio se tejían elementos puntuales pero poco a poco fue apareciendo más aparato bélico y las imágenes se fueron superponiendo unas sobre otras».
Sin embargo, en ningún momento se muestra la destrucción que provoca la guerra. «En la mentalidad de la mujer afgana es impensable mostrar la destrucción o algo feo. A pesar de lo que muestran, siguen siendo alfombras llenas de armonía y belleza. Para ellas la función de este tipo de tejidos es la de embellecer la casa, aunque también estén contando lo que pasa a su alrededor». Algunas piezas incluyen algún tipo de caligrafía donde se describen los lugares o incluso los nombres de las autoras.
En Nómada «llevan años» trabajando con refugiados afganos en Pakistán, aunque Nerea Aguirre explica que en los últimos años han dejado de tejer este tipo de alfombras. De las trece que se exponen ahora en este espacio hasta el 23 de noviembre, tres ya han sido adquiridas –su precio oscila entres los 250 y 2.000 euros–, porque al margen de su belleza o fuerza simbólica, «tienen su valor como documentos históricos, como testigos silenciosos del sufrimiento de una población civil atrapada en un conflicto permanente».
La exposición 'Tejiendo balas, soñando paz' incluye también un alba de Serafín de Tolosa, cedida por el Museo San Telmo, que fue utilizada por una red que ayudó a evacuar judíos durante la Segunda Guerra Mundial, en este caso, como un guiño a la esperanza
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