Agustín Pontesta transmite la poesía de las cimas nevadas

«Me gusta mucho viajar. El último gran viaje, el que hice en 2013, fue a Asia, entre otros sitios al Himalaya, y subí hasta el campo base del Annapurna. Siempre viajo solamente con el billete de ida, sin muchos planes preconcebidos», comentó ayer en la jornada previa a la inauguración, que será hoy.

En los cuadros figurativos predominan los las montañas nevadas, que en algunos casos incluyen figuras humanas en la lejanía. En algún caso hay algún detalle irónico, como el cuadro con una multitud de figuras humanas, como si quisiera llamar la atención sobre la masificación de las grandes cordilleras.

Las otras composiciones, las que tienden a la abstracción, son mucho más matéricas, a base de mucho serrín y polvo de mármol, e incluso cristales minúsculos muy brillantes. «Esas chispitas son de un bolso que tenía mi hermana y me dio. Han resultado ser más brillantes que los cristales Swarovski».

Lleva bastantes años participando en concursos de pintura y ha sido seleccionado en dos ocasiones para el certamen de pintura BMW. Ha logrado premios en los concursos de Urretxu-Zumarraga y Pasaia.

Desde temprana edad comenzó su interés por el arte, asistiendo a cursos y seminarios impartidos por diferentes artistas, pero es como discípulo del artista donostiarra Alfredo Bikondoa cuando realmente empezó su andadura artística.

Paralelamente descubrió y se interesó por el budismo y su filosofía. Asistió a seminarios y retiros intensivos impartidos entre otros por Gessin Prabhasa Dharma -artista alemana y maestra del budismo Zen, fundadora del Instituto Internacional del Budismo Zen de América- y Ramón Hernández Juantegui -artista e instructor de yoga y meditación budista-. También conoció el budismo tibetano a través de diversos lamas.

Ha residido un tiempo en Londres, motivado por la pintura victoriana, sobre todo la obra del pintor William Turner. En San Sebastián ha ejercido como profesor de dibujo y pintura en la academia Sauce 8. También ha realizado cursos de fotografía, algunos en la Sociedad Fotográfica de Guipúzcoa, y sus cuadros de paisajes nevados tienen en parte sus propias fotos como sostén para las composiciones.

Sus viajes le han llevado a parajes como la selva amazónica, los Andes, desiertos como el de Atacama en Chile y el Thar en India, Turquía, Jordania, Israel y las grandes extensiones de la Patagonia.