Olas de energía por toda la ciudad
El festival se expandió a todos los barrios, con la participación directa de 2.000 personas
ITZIAR ALTUNA
Domingo, 21 de mayo 2017, 09:06
. Los primeros rayos de sol se hicieron esperar, pero a pesar de las primeras dudas y miradas al cielo, los participantes de Olatu Talka (Olas de energía) pudieron llevar a cabo sus acciones tal y como estaba previsto. Con el paso de las horas, las calles se fueron llenando de gente, de curiosos que se topaban con conciertos y exposiciones en su recorrido, y con donostiarras que conocedores del programa, se mostraban dispuestos a participar en el festival.
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La jornada transcurrió sin ningún incidente reseñable. Más de 2.000 personas protagonizaron de forma directa las más de cien actividades por toda la ciudad, según indicaron desde la organización del festival. La música contó con una destacada presencia, con conciertos de pequeño formato que este año se han programado en la calle, en el marco del programa Kontzertour. Sagüés, La Zurriola, el parque Eustasio Amilibia, Sagastieder, Benta Berri, la plaza Easo, Alza, el puerto o el bosque de Miramón se transformaron en escenarios, a los que se acercaron centenares de personas.
El festival arrancó a primera hora de la mañana, con el montaje de las propuestas planteadas por asociaciones y ciudadanos, que son los verdaderos protagonistas de Olatu Talka. En Intxaurrondo la plaza Sagastieder acogió un gran mercado de productos reutilizables, en la que se dieron cita 90 puestos, y que al final se ubicó en los soportales de la plaza, por temor a la lluvia.
El barrio de Amara tuvo dos escenarios, como la plaza Ferrerías y el parque Eustasio Amilibia, con juegos y actuaciones de música y danza durante toda la jornada. El comercio del barrio también hizo un esfuerzo por sacar sus productos a la calle. Al igual que en Alza, donde la calle Roteta se cerró al tráfico para acoger los puestos de venta de diversos productos, como embutidos y quesos, o repostería, prendas de vestir y las banderolas de 'Markel txapeldun' de la campaña contra el cáncer infantil. También el parque Harria se llenó de público para presenciar la exhibición de zumba, en la que tomaron parte decenas de jóvenes que se movieron al frenético ritmo de esta música y de acuerdo con las indicaciones de los dos monitores.
Huesos de elefante
La playa de La Zurriola acogió una de las propuestas más curiosas. Organizada por la Sociedad de Ciencias Aranzadi, una treintena de niños trabajaron durante toda la mañana, para desenterrar los huesos de un elefante. Para ello, primero acotaron el escenario y después utilizaron escobas, pinceles y cubos, para retirar poco a poco la arena y analizar los restos encontrados. «Son huesos de un elefante que en 1985 Jesús Altuna compró al zoo de Madrid, y que desde entonces lo tenemos en la sociedad», explicaba Jesús Tapia, miembro de Aranzadi. «Al margen de la excavación, hay otras tareas que realizamos, como el registro y estudio de las piezas halladas, y es lo que hemos querido mostrar con esta actividad».
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A unos metros de distancia se celebró el primer Basque Sand Festival, que se dividió en dos actividades. Por una parte, representantes del centro superior de diseño Kunsthal de Irun realizaron una instalación que evocaba un bosque, «con los elementos presentes en la playa, el agua y la arena», señalaba la autora de la idea, Susana Zaldibar. En una superficie de 2.500 metros cuadrados, colocaron aspersores que dibujaron distintas formas sobre el arenal. Justo al lado, y organizado por la asociación Primeran, se levantaron figuras de arena.
Las actividades solidarias tampoco faltaron en la jornada de ayer, con juegos y talleres en la plaza Teresa de Calcuta, para fomentar la interculturalidad y mostrar la artesanía de otros países. En el paseo de La Zurriola, el grupo de Cooperación de Deba de Caritas, compuesto por una decena de mujeres, tejió mantas, e invitó al público a que lo hiciera con ellas. «Hemos representado un juego para tejer, en este caso, redes de protección para los más necesitados», indicó Mabel Cenizo.
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La plaza Cataluña de Gros se transformó en un gran laboratorio. La ciencia salió a la calle con la iniciativa Urbanzientzia, que tiene como objetivo «divulgar la ciencia, porque entendemos que es un derecho humano», afirmaba Aitor Saiz, uno de los organizadores del acto. Allí se dieron cita alumnos de Zubiri Manteo con sus proyectos, y representantes de Biomagune, que mostraron cómo se ve la comida a través del microscopio, e hicieron experimentos con distintos alimentos. El departamento I+D del restaurante Mugaritz se sumó a la propuesta, y junto a Fermín Leizaola elaboró mamia con piedras de ofita.
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