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Tres de las imágenes que forman parte de la exposición de Piko Zulueta que estará en el Aquarium hasta el 28 de mayo.
Fotos en madera de paisajes marinos en el Aquarium

Fotos en madera de paisajes marinos en el Aquarium

El vitoriano Piko Zulueta consigue con su particular técnica que las imágenes reales adquieran la textura de una pintura

BORJA OLAIZOLA

Sábado, 25 de marzo 2017, 09:49

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'La mar de fondo. Baga itsasoa' es el título de la exposición de fotografías de paisajes marinos que se puede ver en el Aquarium de San Sebastián hasta el próximo 28 de mayo. Es una muestra que recoge 24 imágenes tomadas por el fotógrafo vitoriano Piko Zulueta en diferentes puntos de las costas vasca y francesa entre 2007 y 2014. La exposición, que llega a la capital donostiarra después de haberse estrenado en Vitoria hace tres años, introduce al visitante en un universo de nubes, olas y borrascas que tiene mucho que ver con la querencia del fotógrafo por los paisajes marinos invernales. «En verano no piso la playa porque el sol no me dice nada. Me atraen los perfiles difusos de los arenales durante el invierno, la niebla, la lluvia y los temporales», precisa Zulueta.

  • Lugar

  • Aquarium.

  • Fechas

  • Hasta el 28 de mayo.

  • Cámara oscura

  • El próximo 8 de abril el autor mostrará cómo funciona una cámara oscura.

El autor, que se gana la vida dando clases de fotografía en la Escuela de Artes y Oficios de Vitoria, es un enamorado del mar aunque viva ahora tierra adentro. De pequeño acudía todos los veranos a Hondarribia con su familia y de ahí saltaban en excursiones a las playas del sur de Francia. «El mar desempeña un papel importante en mi vida, sobre todo después de que me aficionase a practicar el surf». Los paisajes marítimos que le acompañaron en los veranos de su infancia y durante su etapa de surfero son precisamente los protagonistas de la exposición. «Son fotos que hice durante siete años, en una etapa de mi vida en que además vivía en Barcelona. Cuando tenía tiempo libre me venía a la costa vasca o me subía al litoral francés a hacer fotos». Aunque algunos de los paisajes que aparecen en la exposición pueden ser reconocidos forzando la atención, la mayoría resultan difíciles de identificar. «Lo último que buscaba era hacer fotografías precisas y reconocibles, mi intención era precisamente la contraria», observa Zulueta.

Para lograr ese objetivo, el fotógrafo ha recurrido a una técnica muy personal. «He utilizado cámaras estenopeicas, que son las cámaras negras más básicas, una simple caja con un agujero que capta la imagen de forma invertida. Me las construyo yo mismo en función del tipo de imagen que busco». Con esa herramienta y película fotográfica en blanco y negro consigue relieves difuminados y borrosos. La prolongación de los tiempos de exposición acentúa esa sensación: el vaivén de las olas deja una huella brumosa que más parece un pincelada que el reflejo de un movimiento mecánico. Zulueta ha imprimido esas imágenes en tablas de madera, de forma que las vetas naturales se integran en los paisajes generando un efecto sorprendente que captura la curiosidad del visitante desde el primer vistazo.

Melancolía

La exposición deja en el espectador la sensación de ser testigo de una tormenta marina. La escala de grises del blanco y negro dibuja unos paisajes plomizos en un ejercicio que tiene mucho de reivindicación de la melancolía. «Buscaba esa sensación de días nublados propia de la costa atlántica, de luz pesada, gris, de mucha nube, de nostalgia... Creo que el resultado se aproxima bastante al planteamiento inicial que me hice». La textura de los paisajes los aproxima bastante a la pintura: de hecho, algunos de ellos más parecen cuadros que fotografías.

Las playas y los acantilados acaparan el protagonismo de la exposición. Hay también algunas imágenes en las que aparecen casas que parecen fotografiadas desde una embarcación desde el mar. La frontera entre tierra y mar se difumina gracias al uso de recursos técnicos mientras que el cielo emerge como territorio hegemónico con nubes que lo cubren todo de sombras.

La exposición se complementará con una experiencia dirigida sobre todo a chavales que permitirá conocer el funcionamiento de una cámara oscura. Será el próximo 8 de abril en la terraza situada frente al restaurante Bocado, en la parte superior del Aquarium. Piko Zulueta instalará una caja de dos por dos metros, una réplica de las cámaras oscuras que utiliza en algunas de sus fotos. La caja, estanca a la luz, tiene una pequeña apertura que ofrecerá a los que se instalen en su interior la oportunidad de ver cómo la imagen se refleja en una sábana blanca.

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