Los surfistas Bitor Garitaonandia e Imanol Yeregi. EP y DV

«La zona de Orrua engaña; si no la conoces te puede jugar una mala pasada»

Los surfistas guipuzcoanos Bitor Garitaonandia e Imanol Yeregi describen el lugar del accidente del barco en Zumaia como «complicado» y añaden que es una zona a evitar para las embarcaciones

Jon Munarriz

San Sebastián

Sábado, 27 de enero 2024, 06:53

«Cuando he leído la noticia me ha llamado la atención que un barco estuviera navegando por esa zona. Orrua engaña. Por cómo entran las ... olas y por lo cerca que está de la orilla, la mar puede llegar a tener mucha fuerza y te puede jugar una mala pasada». Imanol Yeregi y Bitor Garitaonandia son dos surfistas guipuzcoanos que conocen muy bien la zona entre Zumaia y Getaria en la que este jueves un barco sufrió un accidente en el que perdió la vida un vecino de Orio de 47 años y sus dos acompañantes tuvieron que ser rescatados.

Publicidad

Orrua, donde ocurrió el naufragio de la embarcación de recreo, es uno de los puntos marcados por muchos surfistas experimentados del territorio. Se encuentra muy próxima a la carretera N-634 que conecta Zumaia con Getaria. Esta pequeña bahía rocosa en la desembocadura del río Urola cuenta con tres rompientes principales: ola derecha de hasta 2 metros con fondo de rocas; Izustarri o Roka Puta, derecha de 5 metros; e izquierda que ha ido variando con el paso del tiempo.

Garitaonandia describe el lugar como «una zona particular» que «hay que conocer bien para surfear o navegar de forma segura». «Normalmente, las embarcaciones que navegan por Orrua suelen bordear más la salida al mar. Donde ha aparecido el barco es justo el punto en el que rompen las olas a derechas; las más altas y agresivas. Si el barco ha entrado de lateral puede ser que una ola, aunque no fuera muy alta, haya volcado la embarcación. Como era de noche y no había mucha luz, igual se desorientaron y tuvieron la mala fortuna de pasar por esa zona». Entre hipótesis e hipótesis, lo que ambos surfistas tienen claro es que «Orrua engaña».

«Yo mismo estuve surfeando por allí el jueves por la tarde», reconoce Imanol Yeregi. «No estaba previsto que hubiera olas muy altas. Se esperaba que las máximas rondaran el metro y medio o los dos metros, pero en el agua parecía que eran más altas que las que indicaban los radares», apunta. De hecho, en el momento del accidente del barco, el oleaje en principio era de metro a metro y medio. Aunque las olas no alcancen un tamaño peligroso para la navegación, la fuerza del mar en ese punto requiere conocer cómo se comporta la marea en la bahía para surfear o navegar de forma segura. «Las olas rompen cerca de las rocas y cuando el agua llega a ellas, rebota. Es un punto en el que hay mucha corriente y es complicado para las embarcaciones. Hay que tener mucho cuidado. Ya ha habido varias motos de agua que han perdido el control y han acabado en las rocas», indican.

Publicidad

Olas pequeñas y «agresivas»

El momento del accidente coincidió con la entrada de la bajamar. «La marea puede haber influido también», matiza Yeregi. «En ese momento, el mar se está 'recogiendo', así que la creación de las olas, aunque sean más pequeñas, son más agresivas porque acumulan más agua y salen con más fuerza. Si tienes la mala fortuna de enfilar la ola de manera lateral y rompe sobre ti, aunque el oleaje no sea muy alto, pueden volcar la embarcación sin mucha dificultad».

Entre los pescadores más veteranos del puerto de Zumaia el naufragio de una embarcación en la zona de Orrua también era ayer la comidilla. Uno de ellos reconocía a este periódico que «la barra de Zumaia es traicionera», aunque apuntaba que el patrón de la embarcación pudo cometer alguna «negligencia» al acercarse tanto a la zona de rocas. «Hoy en día los barcos tienen tantos mecanismos de control como el rádar, el sónar o el plotter que puedes manejarlo casi con los ojos cerrados si no te complicas la vida», señalaba.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad