Tres generaciones de pescadores de Getaria en la campaña 'Mares para siempre' de MSC

Entre los embajadores escogidos por MSC se encuentran tres generaciones de pescadores de Getaria, Los Uranga, Jesús Mari, Iñigo y Joel. Junto a ellos también fueron presentados como embajadores el chef vizcaíno Eneko Atxa y el surfista zarauztarra Aritz Aranburu.

Es una campaña de la ONG Marine Stewardship Council (MSC España) para promover el consumo de pescado con el sello azul MSC que asegura que el pescado se ha capturado y procesado de forma sostenible. En esta iniciativa colaboran muchas empresas mediante la puesta a la venta de pesca sostenible.

Marine Stewardship Council se creó bajo el amparo de la ONG WWF y de la empresa británico-holandesa Unilever. Desde 1997, MSC es completamente independiente, y su objetivo principal es reconocer y premiar la pesca sostenible que no daña el medio ambiente. Con este fin, se diseñó un estándar de pesca sostenible, por el cual auditores independientes evalúan el estado de la población de peces, el impacto en el hábitat del arte de pesca y la gestión de la pesquería. Este estándar se desarrolló en colaboración con la industria pesquera, científicos y otras ONGs. El sello azul de MSC en un producto del mar, indica que ese pescado proviene de una pesquería que cumple con el estándar de pesca sostenible.

Las pesquerías de anchoa, sardina y bonito del Cantábrico ya poseen este certificado, de ahí que en esta ocasión los embajadores hayan sido escogidos entre gente relacionada con el mar en el País Vasco.

Como recordaban desde MSC, «el abuelo Jesús Mari, el padre Iñigo y el nieto Joel pertenecen a tres generaciones de pescadores que han nacido en Getaria, municipio de Gipuzkoa en el País Vasco. El padre de Jesús Mari también era pescador. En Getaria se sigue capturando el pescado como lo hacían los antepasados. Así lo han aprendido los pescadores, y así lo sigue haciendo».

Cada uno de ellos expresaba su relación con el mar y la pesca. Jesús Mari recordaba que «andaba muy a gusto en la mar, con mis rachas malas y buenas, pero más satisfacciones que del otro lado. Tenía hasta una anécdota, que si me tocaba la lotería yo sigo en la mar. Es algo que he dicho toda la vida porque andaba muy a gusto».

Iñigo por su parte subrayaba que «en Euskadi este tipo de forma de pescar lo hemos aprendido de nuestros antepasados. Creemos que con nuestras artes y con nuestra forma de pescar por lo menos cuidamos mejor los mares. Mi hijo todavía es joven, si quiere seguir en esto yo le apoyaré completamente, si quiere buscarse la vida».

Por último el más joven de los tres, Joel, hablaba así de sus proyectos «la mar me ha ayudado a relacionarme mucho mejor con el padre, al final estas todo el día con él y le coges bastante más respeto de lo que le tenías. Nosotros somos pescadores y tenemos que pescar para ganar dinero y para todo, para que la gente disfrute de sus alimentos. Ya tengo pensado sacar lo de patrón de barco, para seguir los pasos del padre. Si mi padre y mi abuelo lo han hecho yo lo puedo hacer».

Sin lugar a dudas han sido unos magníficos embajadores de la pesca sostenible a la que los consumidores deben atender a la hora de elegir el pescado.