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ELI AIZPURU
azpeitia.
Domingo, 21 de junio 2020, 00:13
Andoni Bastarrika (Azpeitia, 1970) lleva ya diez años trabajando y «evolucionando» en una vocación muy especial: esculpir arena. Siempre en contacto con la naturaleza da forma a animales y cuerpos desnudos con la ayuda únicamente de arena, un palito y una pluma. Unas herramientas que acompañadas de un don especial para crear han convertido a este azpeitiarra en un 'mago de la arena' que está haciendo sus pinitos más allá de nuestras fronteras. Sus esculturas han sido vistas por miles de personas en todo el mundo. Incluso ha viajado a Arabia Saudí para mostrar su arte. Algo que le llena de satisfacción y ganas para seguir trabajando y creando porque tal y como dice el protagonista lo único que busca «es transmitir la belleza».
Es habitual verle todos los veranos en el malecón de Zarautz pero debido a la crisis sanitaria este año no va a poder ser. La situación le produce tristeza pero este artista callejero, que siempre busca la manera de evolucionar y aprender de las cosas, ha ideado un nuevo proyecto. «Ya que no podré realizar mis esculturas en la playa lo haré en un pequeño terreno que tengo en Azpeitia creando perros o mascotas por encargo para todo aquel que esté interesado».
Está seguro de que este es su camino y de que es mejor persona ahora que hace unos años porque al igual que sus esculturas, ha evolucionado. Un aprendizaje que va más allá de la arena y que asegura, además, que «dentro de diez años mis trabajos serán aún más espectaculares». Un don que pocas personas poseen. Como la vida misma, las esculturas de Bastarrika son efímeras pero tienen algo especial. Él pone granitos de arena en las personas, reacciones en la gente a través de la arena. «Quiero que la gente disfrute de la belleza y del poder del animal o de la persona. Por eso no quiero hacer figuras o animales en forma negativa, con sangre, ataduras o que no transmitan belleza», dice.
En su caso no se puede decir que no ha puesto un granito de arena a la vida.
–¿Cuál ha sido su trayectoria como artista?
– Comencé hace diez años. Una vez que fui a la playa con mis hijas y comencé a esculpir un cuerpo en la arena. Vi que tenía soltura con las manos y poco a poco fue surgiendo la figura de una sirenita. Me vi suelto, sin pensarlo, salió de mí con la ayuda tan sólo de mis manos, el palito de un chupa-chups y una pluma y sigo utilizando estas tres herramientas para realizar mis esculturas. Vi que tenía algo en mi interior y sentía que lo debía sacar. Durante dos años sentía que tenía algo que ofrecer por lo que anduve por mi cuenta.
–¿Por qué son siempre cuerpos desnudos o animales los que esculpe?
– La razón es que al trabajar las formas con las manos y darles vida, expresión, cojo luego las herramientas para profundizar esa expresión. Los animales están desnudos de por sí y me gusta que los humanos también lo estén porque tiene más armonía, sean gordos, flacos..., una vez que les pones ropa cambia todo, necesitaría otros materiales. Lo que busco es dar vida a las figuras. Vencer las adversidades, las pequeñas dificultades que me plantean y aprendo en cada uno de ellos. La arena es muy limitada pero estoy enamorado de la arena. Me da rapidez, con barro necesitaría más tiempo y con madera mucho más.
– Siempre va pensando en nuevas formas...
–Voy alternando figuras. Tengo memoria. Aunque no haga una figura en cinco años dentro puedo hacer esa figura en cierto momento y acordarme hasta donde haya evolucionado.
–Se puede decir que tiene un don.
– Así es, y voy evolucionando. Sé que dentro de diez años mis trabajos serán aún más espectaculares.
– ¿Tiene a alguien como mentor o maestro?
– Yo soy mi propio maestro. Tengo al maestro dentro de mí. Luego, la arena también te enseña humildad, es una gran maestra. En un principio quería hacer las cosas rápido. Recuerdo una vez en Itzurun que estaba haciendo una figura con altura. Después de 10 horas, me giré para coger la cámara y se derrumbó el trabajo de tantas horas. De ahí el mensaje, quería un resultado pero sin base. Con el tiempo aprendes que hay que coger el tiempo necesario y tener una base.
– ¿Cuál es la escultura que más le ha gustado o llenado?
– Cada una de ellas es especial. La que más ha gustado entre el público son el elefante o el toro. Pero para mí, la sensación más especial es la que he tenido con el caballo. He podido hacer cientos de figuras y en el momento de quitarlas o romperlas no he tenido problema pero sí con el caballo. Suelo tener una idea en mente pero nunca sé cómo saldrá la figura. La expresión surge, no la busco. A veces es fuerte, otras triste... en aquella ocasión el caballo tenía una mirada muy triste. La gente se agolpaba pero no decía nada, únicamente miraban la escultura y no comentaban nada. Me quedé estupefacto. No sé por qué pero generó algo entre el público y nunca me ha costado tanto deshacer una escultura. Me tocó.
– Y, al contrario, ¿el que menos le ha llenado?
– Soy muy exigente pero sí ha habido trabajos muy limitados, por la arena, etc. Algunos son como la gloria y otros trabajos son más 'normalitos' pero también forman parte de la vida. Hay algunos que no me han dejado huella y otros que los he hecho y se han caído.
– Ahora anda metido en un nuevo proyecto.
– Debido a la crisis sanitaria del Covid-19, no podré estar como artista callejero tal y como acostumbro a hacerlo durante los meses de verano, en el malecón de Zarautz. Por este motivo, he ideado un proyecto que realizaré en un pequeño terreno que tengo en casa, en Azpeitia. Se trata de esculpir perros o mascotas –hasta ahora han sido sobre todo perros– pero también puede ser otro animal. A todo aquel que lo quiera, me puede llamar y entregar una foto del animal. Una vez realizada la figura le enviaría un vídeo más una fotografía de recuerdo y si vive cerca, también podría acercarse a verlo en directo ese día porque las esculturas duran un día. A un precio módico puede tener el recuerdo de su perro o mascota. Para ello me pueden llamar al 675707959 o a través de facebook o instagram. Más tarde, hacia otoño tengo otro proyecto en mente ya con barro o mezcla, para hacer bustos de perro, pintados de forma que parezcan reales. Veremos qué sale. Si alguien está interesado, ya sabe dónde encontrarme.
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