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Los dos azkoitiarras posan junto a los perros que utilizan para trabajar. SUDUPE
Objetivo, recuperar y devolver el ganado huido

Objetivo, recuperar y devolver el ganado huido

'Baroie' y 'Tapita' toman parte de un proyecto enfocado en ayudar a todas las familias que viven de la ganadería

JOAQUIN SUDUPE

Sábado, 23 de febrero 2019, 00:30

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La reducción de la actividad ganadera de nuestra comunidad es evidente en los últimos años, tanto en lo que se refiere a grandes explotaciones como al número de caseríos que cuentan con algunas pocas cabezas. Ahora bien, ello no impide que de vez en cuando se escapen algunas reses al monte o que haya que recoger al ganado de sus zonas de pastoreo libre para la pertinente revisión bianual por parte de veterinarios.

Aquí es donde entran en escena dos azkoitiarras que, a pesar de su juventud, llevan años en contacto con el mundo de los toros y el ganado. Joanes Balenciaga 'Baroie' e Iban Arregi 'Tapita' toman parte de un proyecto íntimamente ligado a la recuperación de ganado huido.

«Somos parte de la Sociedad de Amigos del perro de presa navarro, asociación que lleva 25 años en un proyecto que busca la catalogación como raza de este perro», señalan para añadir que «este perro de unos 40 kilos es parecido al villano de Encartaciones y al alano español. Su selección y cría busca un animal fuerte y ligero a la vez y que sea capaz de agarrar e inmovilizar una vaca o toro huidos sin lastimarlos».

Ahora, el ganado que pasta libremente en los montes se reproduce, aumenta en número y a su vez se asilvestra por su falta de contacto con las personas. En ocasiones salen de los terrenos de sus dueños, se acercan a carreteras y poblaciones con el peligro que esto puede generar y entonces alguien tiene que recuperarlos y devolverlos a sus dueños. «Además, cada dos años los veterinarios tienen que chequear y vacunar al ganado y si su propietario es una persona mayor difícilmente podrá coger a esas reses. O alguien las coge o los propietarios saben que abatirán a su ganado y aquí es donde entramos nosotros», explican 'Baroie' y 'Tapita', subrayando que «nuestra labor es siempre recuperar ese ganado y devolverlo con vida y en buenas condiciones a sus dueños. Lo hacemos con la ayuda de nuestros perros».

Comunidades limítrofes

Trabajan tanto en Euskadi como en comunidades limítrofes, ya que en la asociación hay personas de Navarra, Gipuzkoa y Cantabria y según de donde llegue el aviso, se desplaza un equipo u otro.

«Trabajamos mucho en Navarra, no en vano hay más de 60 ganaderos de reses bravas (reses de casta navarra) y más de 900 festejos taurinos y tenemos contacto con el 112 navarro, que nos llaman en casos de huidas de ganado», comentan.

Ya son asiduos en lugares como Falces y su encierro del Pilón, donde es fácil que los toros tiren al monte, y cuando se requieren sus servicios acuden con perros de pastoreo que dirigen a las reses huidas a donde convenga y con los de presa que agarran al ganado y lo inmovilizan.

«El perro de presa navarro no maltrata al animal, lo agarra de las orejas y carrillos y lo inmoviliza al instante hasta que llegamos nosotros. Además son perros dóciles, obedientes y muy cariñosos con las personas».

Ahora bien, el tema no es tan sencillo. «El equipo que acude varía según las necesidades, orografía, lugar, etc. En algunos casos podemos ir unas 20 personas. Por ejemplo, si hay que capturar una manada, vienen los cántabros que lo hacen con caballos, y además llevamos equipos de comunicación para poder coordinarnos», apuntan.

Hay días en que tras andar 4 o 5 horas por el monte tras haber estudiado previamente el terreno donde se moverán, no encuentran el ganado a recuperar.

Además, hay que tener en cuenta la cercanía de carreteras u otras comunicaciones por si hay que trasladar las reses recuperadas a largas distancias, etc. «Ahora bien, siempre con la premisa de entregar el ganado sano y salvo a sus dueños».

Saber 'leer' el terreno

Esta labor requiere tener una muy buena forma física para buscar, correr y perseguir al animal, además de «cierta habilidad siguiendo el rastro por el monte. Hay que saber 'leer' el terreno como los indios de las películas, una piedra volteada, una rama rota, la dirección y frescura de las pisadas, las bostas del ganado te dan pistas para buscar y encontrar el objetivo», dicen entre risas.

Normalmente trabajan los fines de semana salvo casos de emergencia; pueden acumularse varias llamadas para el mismo fin de semana y lo hacen con profesionalidad, aunque tengan que hacer cientos de kilómetros en un día para dar respuesta a los distintos avisos.

Ante la pregunta de si ganan mucho dinero, responden que intentan no perder demasiado ya que lo hacen porque les gusta este mundo y «el agradecimiento de una persona a la que le devuelves su ganado en perfectas condiciones no tiene precio».

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