Azkoitia inaugura un espacio verde renovado para hacer frente al cambio climático

El evento inaugural ha contado este jueves con la presencia de José Ignacio Asensio, diputado de Sostenibilidad y presidente de Naturklima, y la alcaldesa Ana Azkoitia. Ambos han subrayado la relevancia del proyecto en la recuperación de ecosistemas y su impacto positivo en la calidad de vida de la ciudadanía. «El refugio climático Jausoro es un ejemplo de cómo podemos unir esfuerzos para regenerar espacios naturales degradados y convertirlos en áreas de alto valor ecológico y social. Este proyecto mejora la calidad de vida de los vecinos y vecinas de Azkoitia y contribuye también a mitigar los efectos del cambio climático, promoviendo un futuro más sostenible para todas y todos los azkoitiarras».

La alcaldesa Ana Azkoitia ha destacado que este refugio es una respuesta tangible a los crecientes fenómenos meteorológicos extremos. «El cambio climático nos exige actuar desde diferentes frentes, y este espacio renovado es una iniciativa que se enmarca en ese contexto al habilitar un espacio verde renovado para las vecinas y vecinos».

El refugio no solo es un lugar de resguardo ante fenómenos como olas de calor, sino que también mejora la conectividad ecológica entre el río y el bosque, facilitando la interacción de la fauna local. Este esfuerzo conjunto entre el Ayuntamiento, Naturklima y empresas donantes marca un hito en la lucha contra el cambio climático y posiciona a Azkoitia como un modelo referente en la protección del medio ambiente.

El refugio climático Jausoro se encuentra en una superficie de 18.790 m² de bosque mixto y hábitats fluviales previamente degradados de las que se han adecuado 3.858 m2., situados en un área estratégica que conecta el municipio con zonas residenciales, industriales y naturales.

El proyecto ha transformado este entorno en una infraestructura verde mediante la regeneración forestal, la mejora de la biodiversidad y la creación de espacios accesibles y sostenibles para los ciudadanos.

Los trabajos han tenido una duración de dos meses y medio y han llevado a cabo acciones como la tala de especies en mal estado, la poda de árboles para garantizar su seguridad así como la plantación de especies autóctonas como robles, hayas, alisos y sauces. Asimismo, se ha reforzado el suelo con tierra vegetal para potenciar su capacidad de almacenamiento de carbono. Además, se han implementado caminos de tierra estabilizada respetuosos con las raíces de los árboles, creando senderos accesibles y fomentando la interacción con el entorno natural creando así un espacio seguro y cómodo para que la ciudadanía, especialmente la población más vulnerable, pueda resguardarse de fenómenos climáticos extremos como olas de calor.