Siempre al ataque

Como ciclista, es una figura. Tiene las piernas y tiene el carácter y ha demostrado también que está dispuesto a meterse en la pelea en todos los terrenos, incluidos los grandes puertos. A la gente le gusta mucho, tanto dentro como fuera de la bici.

En Francia se ha convertido en un fenómeno de masas. Vestir el maillot amarillo del Tour durante 14 días no es poca cosa. La afición está muy contenta con él. Es un ciclista joven, tiene 27 años, y la gente quiere seguir viéndole en las carreras, porque su ciclismo gusta. Ha sido un buen Tour para Francia, porque aunque no se ha podido ganar, tanto Alaphilippe como Pinot han dado espectáculo y han enganchado a los aficionados.

La importancia de la actuación de Alaphilippe radica también en que se ha convertido en un ejemplo para las escuelas y para los jóvenes en toda Francia. Todos los niños y jóvenes que empiezan necesitan referencias y ahora se pueden fijar en él.

No le conozco personalmente, pero sí he corrido con él varias carreras, entre ellas algún critérium posterior al Tour. Ahora volveremos a coincidir en la Clásica de San Sebastián, una carrera importante para mí y para el equipo Euskadi-Murias. Después de una concentración en altura vuelvo a la competición en Getxo (hoy) y en Donostia el sábado. A ver cómo me encuentro.

Alaphilippe ganó el año pasado y volverá a ser el gran favorito de la Clásica, con sus piernas y su ciclismo de ataque.