«'El Olivo' es un ejercicio de talento español que el público debería premiar»

Dirigida por Icíar Bollaín, 'El Olivo' es una película preciosa, dulce, real y española. Es muy difícil no enamorarse de Alma, la protagonista, interpretada por Anna Castillo. Recuerdo las lágrimas a primera hora de la mañana cuando la niña Alma se sube al árbol para evitar que lo arranquen de su tierra. No habían pasado 15 minutos de película y ya estaba llorando. Es una película que me tocó el corazón.

Pero es una película llena de grandes momentos. Otro de los más tiernos es el que tiene que ver con la alianza de su tío, Javier Gutierrez y de su compañero, Pep Ambrós. El viaje de los tres en busca del olivo es maravilloso. Como también lo es la secuencia del maquillaje de Alma y su abuelo. En definitiva, todo el metraje es un ejercicio de talento español que el público debería premiar.

Aunque la vi hace unas semanas a las 8:30 de la mañana en la productora Morena Films, estoy segura de que la veré más veces porque es pura sencillez y amor al cine. Además, tuve la oportunidad de entrevistar a su directora, Icíar Bollaín, que me contó cómo el actor que interpreta al abuelo de Alma, Manuel Cucala, fue elegido en un casting en el pueblo. Cuentan que las mujeres le recuerdan guapo y muy apuesto vestido de romano haciendo sus pinitos como actor décadas atrás. Su rostro es básico para lograr la verdad en esta película.

Además cuenta con una banda sonora esperanzadora y que ofrece un apoyo muy importante a la épica sencilla de esta pieza.

La principal lección que uno puede extraer tras el visionado de esta película es que es posible hacerlo mejor. También, y como me dijo Icíar, que alguien tiene que iniciar el movimiento para que las cosas cambien. Desde la inmovilidad no se puede hacer nada.