Lasarte-Oria

Patios más diversos para alejarse del asfalto y el balón

Aunque las opciones de juego en los patios de los centros escolares se ha ido diversificando con el paso de los años, la realidad es que el balón, y sobre todo el fútbol, sigue dominando el recreo. Para atajar esta problemática, donde el campo para este deporte en muchos casos ocupa la mayoría del espacio de ocio de las zonas exteriores, el Ayuntamiento ha habilitado dos zonas con los que fomentar la inclusividad con elementos que cumplan con las necesidades de los niños y jóvenes. Se ha puesto en marcha en los colegios Landaberri (Pablo Garaikoetxea) y Sasoeta-Zumaburu.

Como explicó David Mateos, concejal de Servicios Públicos, el objetivo es que los niños creen «espacios y momentos de juego desde una perspectiva inclusiva y coeducativa para todos», ya que «los patios escolares son espacios donde tienen lugar las relaciones sociales; es el medio físico donde se produce el juego. De esta forma se permite el aprendizaje, el juego, el movimiento y la construcción de relaciones y experiencias de calidad basadas en la igualdad y el respeto por la diversidad».

Conscientes de que el reparto del patio también educa a los pequeños de la casa y ciñe cómo comportarse y qué hacer, se han adecuado estos espacios verdes, hechos con madera natural para fomentar el contacto con la naturaleza, para que también los más inactivos tengan un espacio reservado dentro de este tiempo de ocio y descanso.

Además, en cuanto a salud y educación ambiental, se generan pequeños «refugios climáticos» y sombreados, donde poder explorar, sentarse, jugar, interpretar e interactuar con el entorno. Por otro lado, podrán realizar más actividades lúdicas para que «no todo sea jugar con el balón y no estén siempre sobre asfalto», con la posibilidad de realizar juegos más creativos que lleven a retos y al juego libre –no estructurado bajo unas reglas cerradas– donde «participe todo el alumnado, incluso el más inactivo».

Ofreciendo una alternativa, se pueden fomentar «actitudes más igualitarias, la gestión positiva de los conflictos, la corresponsabilidad de los niños en el cuidado». A este respecto, Mateos detalló que «como elementos naturales que son, porque la madera está viva, van a sufrir la intemperie y el alumnado, profesorado y familias tendrán que cuidarlo entre todos, y los niños van a ser copartícipes de eso». Con este patio más inclusivo, con espacios comunitarios más favorables a usos lúdicos diversos, los pequeños podrán hacer nuevos amigos con los que jugar y relacionarse dentro y fuera del tiempo escolar.

La ventana de oportunidad que se les abre a los alumnos es enorme. En el caso de Sasoeta, se han habilitado unas jardineras para que puedan plantar pequeñas verduras y las cuiden, además de asientos y bancos donde descansar. Asimismo, hay un túnel con tobogán que también cuenta con una zona de rocódromo, además de dos tipis, uno cubierto y otro abierto, para que desarrollen su creatividad. Alrededor de uno de los árboles se ha construido una plataforma desde la que pueden realizar teatros y actuaciones para el resto del patio.

Al igual que en el Sasoeta, el edificio Garaikoetxea de Landaberri cuenta con una estructura por la que escalar y tener aventuras, pero tiene otras zonas habilitadas. Aprovechando la cuesta donde se ubica, se han construido dos toboganes y dos miradores desde los que observar al resto del patio. También cuenta con lugares para descansar, leer o comer el almuerzo o la merienda.

Durante la semana que viene se abrirán para que puedan usarlos, por lo que se espera que el alumnado haga propios estos espacios, los ocupen y disfruten de ellos, «no solo los más activos», y que el profesorado colabore en la participación de todos en estos nuevos lugares de ocio con nuevas posibilidades de juego.

La adecuación de estas zonas naturales y construcción de los materiales necesarios para los niños y jóvenes ha tenido un coste para el Ayuntamiento que supera los 160.000 euros, pero que está subvencionado al 90% por el Gobierno Vasco.