Andoain

Un espacio seguro para iniciarse en el running

Las dinamizadoras del nuevo curso de la Escuela de Empoderamiento tienen claro que no hay nada mejor que ponerse las zapatillas, abrocharse el casco o ajustarse las gafas de piscina para desconectar del ajetreo del trabajo. Oihana Sanz y María Rengel, triatletas de la Zumeatarra, serán las encargadas de reestrenar el taller de iniciación al running para mujeres, que ya existía en el municipio a través de la oferta del polideportivo Allurralde y que ahora continúa gracias al club deportivo.

Para esta labor no había nadie mejor que ellas, ya que son el ejemplo perfecto de que a través de pequeñas metas se logran grandes objetivos. Y de que a veces el resultado es lo de menos, lo que importa es la satisfacción personal y lo que consigas antes, durante y después de las pruebas. Además, buen humor no les falta. Tanto Sanz como Rengel entienden el deporte como ocio, lejos del sentido competitivo que pueda tener para algunos.

Quieren que durante las doce clases que las mujeres vayan a recibir pueda crearse un espacio seguro y sano que sirva para crear relaciones con las que, una vez cumplidas las lecciones, sigan por su cuenta con la nueva rutina. Y si quieren unirse a la Zumeatarra, las puertas estarán abiertas. «Es una excusa para tener un grupo y estar federados, para mantener ese sentimiento de equipo», señala María Rengel respecto a la reputación que se ha ganado el club entre éxito y éxito.

Es ella quien detalla los beneficios de un programa como este en la mujer, con indiferencia de su edad. «El deporte es muy importante para nosotras. Porque con el paso de los años se pierde fuerza. A veces, en mujeres adultas se dice que no hay que correr, pero es al contrario, tienen que hacer deportes de impacto. Queremos romper ese tabú con este curso», explica. Por otro lado, servirá para la superación de cada una de las participantes, para que pierdan el miedo y la vergüenza de hacer deporte en público.

Oihana Sanz añade que dentro de este espacio seguro comenzarán «suave, suave» a correr junto a otras mujeres de mismo nivel o parecido, con entrenamientos básicos que puedan seguirlos todas, con indiferencia de su edad. Será bajo el método CaCo (caminar-correr), con calentamientos iniciales y estiramientos finales, durante una hora. Primero llegará una parte de caminar rápido, de unos minutos, y otra de correr, de otros pocos minutos. «Con ello consigues que la parte de correr se pueda alargar en duración y que el cuerpo se acostumbre», asegura Sanz. Tampoco faltarán los juegos para generar ese «ambiente sano» para que surjan amistades que posibiliten continuar con la práctica una vez cumplido el curso. Asimismo, quiso aclarar que en el running «no todo es correr rápido», que es el principal motivo por el que quien se anima a ejercitarse no consigue mantener la constancia. «Así te fundes y al día siguiente no tienes ganas para seguir entrenando. Si ves que estás fresca para la siguiente ocasión, que tienes energía, mejora tu autoestima. Es una forma de hacerles ver que lo pueden hacer, pero que lo estaban haciendo mal». Porque el progreso se logra «con el paso de los días», lo que ayuda a sentirse capacitada para ponerse mayores metas. «También ayudará la propia vivencia de sufrir juntas. Eso siempre une», agrega Rengel.

Ambas están ilusionadas por comenzar este curso, retomando la oferta que el polideportivo daba hace un par de años. El Ayuntamiento, cuando recibió el proyecto del club deportivo para reestrenarlo dentro de la Escuela de Empoderamiento se mostró encantado de llevarlo a cabo.

Fue en ese primer germen, en Allurralde, donde varias mujeres acabaron «haciendo piña y corriendo la Behobia. Nos gustaría conseguir algo así», anhela Sanz. Un propósito que no es la meta principal ni mucho menos, sino más bien, desde lo extradeportivo y desde la Zumeatarra, «aportar al pueblo un servicio valioso para las mujeres donde enseñar lo que nos gusta y apasiona y demostrar que si quieren pueden hacerlo. Pueden tener ayuda», indica María Rengel. En esa tónica de tender la mano responde Oihana Sanz: «Mi voluntad es que igual que me ayudaron a mí, ayudar a otras mujeres».

Por tanto, animan a que las andoaindarras se apunten a este taller, acudan con ropa deportiva, prueben algunas clases y dejen que les apoyen con sus conocimientos. «Te ayudaremos a que al menos dos veces a la semana hagas deporte. Aunque no sepas, no hagas deporte o lo dejases y ahora quieras retomarlo, tienes un espacio para volver a empezar y mantenerte en la rutina. Seguro que cuando acabe el curso encuentras a alguien con quien puedas continuar», expresa la triatleta. Igualmente, considera que las mujeres «somos capaces de empezar a hacer deporte por nuestra cuenta y de entrar en este mundo. Todavía parece que correr es un tema de hombres. Creo que entre las mujeres, cuando hay un grupo y una relación entre iguales, es más fácil mantener la práctica que cuando estás sola. Porque en general correr es muy popular, pero quienes lo mantienen no son tantos», apunta Rengel.

Las mujeres interesadas en apuntarse a este curso gratuito –ya son más de once– de la Escuela de Empoderamiento pueden hacerlo a través de la página web del Ayuntamiento, en jabekuntza.andoain.eus, en el departamento de Igualdad, en el servicio Ataria, llamando al 943 30 08 30 (ext. 380 ó 397) o escribiendo a berdintasuna@andoain.eus. La fecha límite para hacerlo es el martes, día 9. Habrá servicio de guardería y aunque se desarrolle en euskera, está abierto a todas.

Las clases serán los martes y jueves de 18.00 a 19.00 horas en la pista de atletismo del polideportivo Allurralde, que se extenderán por seis semanas. Comenzarán el martes, día 16, y con descanso en la semana de Santacruces, se retomará el 7 de mayo hasta finalizar en el último jueves de ese mes, día 30.